Son plantas destinadas para exterior, principalmente en jardines naturales o campestres, pero también pueden ubicarse en una terraza que se encuentre alejada de los focos de calor. Son muy resistentes, ya que, se adaptan muy bien al frío, a las heladas invernales e incluso a la nieve. No obstante, también pueden recibir algo de sol para que se desarrollen adecuadamente. Necesitan suelos fértiles, húmedos y que reciban un buen drenaje para impedir que se deterioren los bulbos de la planta.
La época ideal para abonarla tiene lugar durante la estación otoñal (al cultivarla) y primaveral (al florecer). No es muy propensa al ataque de plagas o enfermedades, pero un factor que debemos tener en cuenta es el riego para evitar que se pudran los bulbos debido a la presencia de diferentes bacterias.