Este verano hemos conseguido reproducir y cosechar una variedad de judías que hace muchos años que no se cultivaban en la huerta, las judías escarabajeras.
Al comenzar el proyecto de la Huerta del Corneja un amigo nos preguntó si teníamos judías escarabajeras. El abuelo dijo que no, que él no había oído nunca ese nombre para denominar las judías que se sembraban por allí. Indagando en la base de datos del Banco de germoplasma del CRF/INIA encontramos, en la Colección nuclear de Judías españolas, una muestra identificada como NC025713 y BGE011762 procedente de Villafranca de la Sierra (Ávila), obtenida en el año 1988 y registrada como “judía escarabajera”. Enseñamos la fotografía de la base de datos al abuelo y al verla nos dijo “pero bueno, si esos son los fréjoles coloraos que sembrábamos antes, creo que aun guardo algunas semillas”. Efectivamente en un pequeño tarro de cristal almacenaba unas decenas de semillas que llevaban sin sembrarse más de 15 años.
También hemos encontrado variedades similares en las colecciones del IMIDRA (Comunidad de Madrid), que las denomina “de escarabajo” y en el banco de germoplasma del CITA en Aragón hay 19 muestras procedentes de distintas localidades de España (también tienen las recogidas en Villafranca) que las denominan “escarabajeras”.
Esta temporada nos pusimos a cultivarlas y ahora os contamos cómo nos ha ido.
Cultivo
En la entrada de las judías verdes os contamos que sembramos unas tempranas, en abril y otras tardías, en junio, de la misma variedad.Las judías para consumir en verde en esta zona también se las llama fréjoles.
Decidimos sembrar un par de surcos con las semillas de las escarabajeras, en el mes de junio, como las tardías de todos los años. Las sembramos separadas de las otras variedades de judías para evitar polinizaciones cruzadas.
Desconociendo su capacidad de germinación sembramos seis semillas por golpe. El terreno estaba bien de tempero y no las pusimos en remojo previo. Nos sorprendimos al comprobar que germinaron la mayoría de las semillas y dejamos únicamente tres plantas por golpe.
Como el abuelo dijo que eran judías de enrame, o de vara, las pusimos tutores altos, de dos metros y medio. Las plantas crecieron sin ningún problema y alcanzaron y sobrepasaron la parte más alta de los tutores.
No las ha afectado ningún tipo de plaga ni de enfermedades. Las flores son blancas con tonos rosados en las alas y el estandarte. Las plantas florecieron abundantemente y con la ayuda del ejército de polinizadores que pululan por la huerta, comenzamos a cortar vainas en el mes de agosto. Hemos seguido cosechando judías verdes hasta bien entrado el mes de octubre y las consumido todas en fresco.
Las judías verdes
Estas judías tienen dos características inconfundibles, sobre un fondo de color verde las zonas expuestas al sol son de color rojo y desde que se forman las vainas los granos están muy marcados. Las otras judías que sembramos para verde son de color verde uniforme y los granos apenas se marcan.
Las judías con este aspecto dan la impresión de estar duras pero al doblarlas comprobamos que se “tronchan” y no tienen hebras, con lo que son excelentes para el consumo en verde.
Las judías secas
Hemos dejado algunas vainas para que se sequen en los tutores. Las hemos desgranado y las utilizaremos como semillas en los próximos años.Las judías secas son de forma oval elíptica, de tamaño grande (unos 14 mm de longitud) y su color es marrón/crema de fondo con un dibujo cebrino/punteado de color marrón oscuro, en la zona de unión con la vaina presentan un punto de color blanco. Esta coloración las da el aspecto de los élitros del escarabajo de la patata (Leptinotarsa decemlineata) y por eso suponemos que se las conoce con el nombre vulgar de judías escarabajeras.
Para consumir en seco su calidad no alcanza, ni de lejos, la de las otras variedades de judías que cultivamos (pipos morados, judiones, de riñón, planchadas y pipos caretos). Se percibe la piel y resultan bastante harinosas.
Curiosidades
Estas judías son excelentes para su consumo en verde. Un miembro de la familia ha disfrutado especialmente de ellas al descubrir en el plato unas sabrosas y tiernas judías verdes donde, además de la vaina, aparecían unos hermosos, sabrosos y tiernos granos, sueltos o dentro de las porciones de las vainas. Dice que ¡hacía muchos años que no comía judías verdes!. Tantos como los que el abuelo había dejado de sembrar esta variedad.
Hemos descubierto una variedad de judías verdes perfectamente adaptada a la zona, que se dejó de sembrar por ser menos productiva y por tener peor aspecto “comercial” (bicolor, rechoncha, con granos marcados) que otras variedades, sin embargo su calidad es excelente y a partir de este año sembraremos más judías verdes “de verdad”, las auténticas escarabajeras de Villafranca o “fréjoles coloraos”.
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