Aunque los principales centros abastecedores son Sudáfrica y Holanda, lo cierto es que es hoy en día podemos encontrar la amaryllis en todo el mundo, con una amplia gama tonal que no dejará de sorprenderte.
(Imagen/ Flickr: audreyjm529)
La amaryllis es perteneciente a la familia de las Amarilidáceas, crece a partir de un bulbo muy grande, que tiene todos los nutrientes necesarios para su desarrollo. Cuanto más grande sea éste, más flores saldrán de un mismo tallo. Sus hojas de color verde oscuro se verán acompañadas de flores en primavera.
Cuidado al plantar los bulbos
El final del otoño es la época más apropiada para cultivarlo. Antes de plantarlo, es conveniente preparar la tierra, a la que añadiremos abono orgánico para aportar los nutrientes que la planta necesitará.
Conviene tener cuidado al manipular el bulbo, ya que podemos dañar las raíces.
La planta debe situarse en interiores, en macetas o en jardines, pero siempre a pleno sol y lejos de corrientes de aire que pueden ser muy perjudiciales.
(Imagen/ Flickr: Drew Avery)
Es importante tener en cuenta que, aunque aguanta el frío, ocurre lo contrario con las heladas.
El riego no debe ser abundante tras plantar el vegetal y es adecuado evitar encharcamientos. A medida que va creciendo y brotan las hojas, se aumentan los riegos, hasta la floración.
Un consejo es no regar la planta de forma directa, sino que podemos poner un platito debajo de la maceta y verter el agua en él, de forma que la amarillis lo vaya absorbiendo poco a poco.
(Imagen/ Flickr: Balaji.B (2 Million Views and Growing)
Floración primaveral
El tallo de nuestra planta crecerá hasta casi medio metro de altura.Desde la plantación del bulbo tendrás que esperar unos dos meses para ver brotar los primeros capullos; del mismo bulbo pueden salir dos o más tallos y, al mismo tiempo, de cada uno de ellos, verás surgir varias flores.
Las tonalidades varían según el tipo de Hippeastrum que elijas. Puedes crear combinaciones muy acertadas si mezclas diferentes estilos.
(Imagen/ Flickr: xulescu_g)
Ésta es una pequeña muestra de las variedades de las que dispones dentro de las Amaryllis de flor grande:
Apple blossom: una mezcla de color blanco y rosa que alegrará cualquier maceta.
Hércules: con un tono magenta bastante homogéneo y oscuro. Mont Blanc: la sobriedad del blanco puro nunca pasa de moda. Minerva: el color rojo que predomina deja hueco a un centro blanco en cada pétalo. Visto en conjunto hace el efecto de una pequeña estrella.
Otra opción acertada son las de flor doble, que semejan varias flores solapadas; entre ellas encontrarás:
Lady Jane: su fuerte color naranja dará alegría a tu jardín.
Red Peacock: la fuerza del rojo con una pequeña línea blanca.
No todas las flores de esta planta son grandes. Asimismo, tenemos un amplio repertorio de ellas que poseen flores pequeñas:
Calimero: pequeñas florecillas rojas que puedes mezclar con otras variedades; prueba con el blanco y comprueba el resultado.
Green Goddess: este tipo es blanco puro. Puede ser una buena elección para colocar junto a la anterior.
Retirada de los bulbos
Los del Hippeastrum puedes utilizarlos varias temporadas seguidas, pero para ello conviene tener ciertos cuidados con ellos.Cuando las flores han desaparecido y las hojas adquieren el tono amarillento que nos indica que se están secando, debemos cortar éstas y extraer el bulbo de la tierra. Con esmero, lo mantendremos almacenado en cajas en un lugar seco.
Si no nos olvidamos de realizar este proceso todos los años, podremos admirar, año tras año, estas bonitas flores, tanto en nuestro balcón, jardín o incluso en el interior de la casa, como parte de la decoración.