El principal problema de nuestras plantas de interior en invierno es la calefacción, esta provoca una falta de humedad en el ambiente.
Los síntomas que podemos observar son amarilleo y caída de las hojas, puntas secas y los bordes enrollados sobre si mismos y todo esto debido a que la planta evapora más agua que la que puede absorber.
Pero no debemos confundir falta de humedad con falta de agua. Por tanto no hay que aumentar la dosis de agua porque lo único que conseguiremos es una asfixia radicular y aumentaremos las probabilidades de que aparezcan hongos.
Para evitar todos estos males, lo primero que debemos hacer es apartar las plantas de los focos de calor y de las corrientes de aire. Agrupa las plantas en un lugar fresco y con buena iluminación y así se creara un microclima.
Para evitar el exceso de transpiración pon las en recipientes con grava mojada o arcilla expandida. Aunque una manera de refrescarlas es pulverizar agua, pero no directamente sobre la planta sino al ambiente.
Y por último vigila los ácaros, ya que el calor favorece su aparición. Se suele encontrar la araña roja en el envés de las hojas y forman una tela de hilos blancos.
Dos especies que resisten la falta de humedad son la Dieffembachia y la Aglaonema.
Con estos consejillos básicos espero que vuestras plantas pasen el invierno. Hasta pronto.