Lo primero es sembrar en nuestro jardín una planta que se le se denominan 'de sombra seca', pues se ubican a la sombra y necesitan poca agua. Existen dos tipos de sombra requerida por esta plantas: una densa, que proporciona sol unas pocas horas al día, y otra con matices, cuya principal característica es que la luz del sol se filtra a través de los árboles. En la primera se pueden plantar menos especies por la escasísima claridad que ofrece, mientras que el segundo tipo ofrece más posibilidades de plantación. Las especies mediterráneas son las más adecuadas.
Cuidados mínimos
Cuando adquirimos una determinada planta para nuestro jardín, debemos tener en cuenta las condiciones del lugar donde vamos a ubicarla y, sobre todo, nuestra disponibilidad para ocuparnos de ella, pues no tiene sentido adquirir una especie que sabemos de antemano que no podremos atender. De este modo, la mejor opción es hacernos con algún ejemplar que requiera pocos cuidados y se adapte fácilmente al ajetreado ritmo de vida que nos impide dedicarle todo el tiempo necesario.Aunque son mínimos los cuidados que requieren, es necesario tener en cuenta varias consideraciones para que nuestro jardín autosuficiente se mantenga en perfecto estado. Al necesitar poco agua, conviene evitar regar en las horas en las que se alcanzan las máximas temperaturas para que la escasa cantidad que le proporcionamos no se evapore rápidamente. Por ello conviene hacerlo, bien a primera hora de la mañana o cerca del anochecer, cuando el sol ya se ha marchado.
Además, hay que tener en cuenta las circunstancias que propician la sombra. No es lo mismo que la ausencia de luz se deba a la presencia de un muro o edificio, que la causante sea otra planta, especialmente algunos tipos de árboles cuyas profundas raíces impiden la plantación de muchas especies. En este caso, la única opción son las macetas. Otro cuidado fundamental consiste en establecer entre planta y planta más distancia de la que solemos dejar, pues al haber poca luz deben orientarse buscando la que se refleja en el muro o pared y los rayos de sol que se filtran entre las hojas de los árboles.
Especies autosuficientes
Las especies mediterráneas no requieren grandes cuidados, pues toleran muy bien la falta de humedad. Ejemplos de ellas son la bungavilla, la begonia, el crisantemo y los alelíes. Los arbustos en general son plantas que pueden ubicarse en la sombra total: la aralia, el laurel, las cicas, el durillo, la hiedra, el helecho o la nandina sobreviven sin apenas luz. Lo mismo ocurre con el canto, las clásulas, la hortensia de invierno, algunos geranios e incluso la cala o el lirio de agua, además de la caléndula.Aparte de las especies mencionadas, otra que está muy de moda, el kalanchoe, también se puede ubicar dentro de esta clasificación de 'plantas autosuficientes'. Es perfecta para adornar nuestro jardín durante todo el año, pues resiste sin dificultad las bajas temperaturas del invierno, siendo una de las pocas que florecen en esta época del año. De la famila de las crasuláceas, herbácea y procedente del continente africano, esta bella especie presenta dos características indispensables que hacen que queramos incluirla en nuestro jardín: pocos cuidados y hermosas flores.
Estas plantas son ideales para aquellas personas que disponen de poco tiempo para las labores de jardinería, pero también nos ofrecen la solución perfecta para que nuestra vegetación se encuentre en perfectas condiciones mientras disfrutamos lejos de casa de las vacaciones de verano.