Para este ejemplo hemos decidido cortar unas ramas de la comúnmente conocida como “planta del dinero”.
Elegiremos tallos vigorosos, de bastante grosor y cuyas hojas tengan un color verde vivo.
Cortamos los tallos de 15-20 cm de largo, y le quitamos las hojas que tenga nacidas de los 3-4 cm más bajos del esqueje, que serán los que se introduzcan en el agua. No se acaba el mundo si no se le retiran estas hojas, pero si las dejamos por una parte el esqueje en cuestión ocupará más sitio al introducirlo en el agua y será más molesto y complicado hacerlo. Y por otra parte, si dejamos las hojas, al estar un tiempo introducidas en el agua, empezarán a descomponerse, desprenderán mal olor y se volverán blandas y pastosas.
Introduciremos los esquejes en el agua y dejaremos el recipiente en un lugar donde tenga luz, ya que de esta manera empezarán a crecer las raíces y buscar la luz, y esto provocará que crezcan más rápido y más cantidad de raíces.
Cuanto más tiempo dejéis el esqueje en el agua, más raíces nacerán y crecerán. Pero llegará un momento en que los esquejes necesiten más nutrientes que los que le pueda aportar el agua, y necesiten los nutrientes de la tierra.
No los plantéis en tierra cuando tengan 2 raíces pequeñas, plantadlos cuando tengan bastantes, esto suele ser a las 2-3 semanas, siempre dependiendo de la planta y el clima.
Usaremos dos macetas no muy grandes para trasplantar los esquejes. Normalmente a las plantas les gustan las raíces densas, contrariamente a lo que se piensa la creencia popular. En esta afición no paramos de innovar y de probar experimentos, con el fin de mejorar el cuidado y ayudar a nuestras plantas a crecer sanas y fuertes.
En este caso añadiremos un poco de posos de café al sustrato. Pocos, no muchos, pero esto es algo que hacemos hace mucho tiempo en la tierra de los semilleros y nos funciona bastante bien.
Removeremos el sustrato hasta conseguir que se quede bastante homogéneo y muy suelto, para ayudar a que las nuevas raíces no tengan oposición en crecer.
Hay plantas que le gusta más que a otras que las macetas estén llenas de raíces, como por ejemplo son los potos o las plantas del dinero como las del ejemplo aquí mostrado. Por eso,ocurre a veces, que vemos que la planta está grande y decimos : “Esta planta necesita un cambio de maceta, necesita una maceta más grande”. Y esto puede ser un perro, porque si pasamos a una maceta mayor, la planta crecerá más despacio hasta que tenga la tierra ocupada con sus raíces.
Como estas macetas son pequeñas, plantaremos un esqueje por maceta ya que tenemos tiempo y espacio hasta que se llene la maceta y conseguir una gran planta.
Por último, regaremos las nuevas macetas, a ser posible con agua que no contenga cloro o que haya estado al sol para evaporar el cloro. Cuando las plantas son jóvenes,les conviene el agua lo más sana posible para que crezcan y se hagan fuertes.
Primero un poco por la parte superior para que se prense la tierra, y luego llenaremos el plato de debajo de la maceta para que la planta absorba el agua que necesite.
Y de esta manera conseguiremos nuevas plantas :)