Visto el título del comentario alguien podría llegar a pensar que se trata de una broma, "¿como voy a tener un huerto en un balcón?". Pues además de ser físicamente posible (Se necesita un espacio desde 1 m2) es ciertamente productivo y no solamente desde el punto de vista práctico del autoconsumo que ya de por si podría ser motivo suficiente, pero voy mucho más allá, me refiero a la parte creativa, divertida y relajante como actividad de ocio, una verdadera terapia para el urbanita.
¿Por qué un huerto en el balcón?
Además del valor de lo anteriormente mencionado, deciros que es todo una experiencia personal el hecho de prepararse una ensalada con los productos recolectados en tu propia terraza, obteniendo productos con una frescura que díficilemte podríamos disfrutar de otro modo y además teniendo la certeza de que no han sido tratados con insecticidas u otros productos químicos cada vez más frecuentes en la agricultura industrial, convirtiendo su degustación en una delicia para el paladar y en una experiancia única. La simple recolección de unas zanahorias, tomates, berenjenas o guisantes se convierten en un acontecimiento sobre todo para los más pequeños de la casa, que además aprenderán no solo a respetar la naturaleza sino a vivir de ella de una manera responsable. Ya sabeis, ¡¡barra libre de ensalada en la terraza!!!
¿Por dónde empezar?
Aunque ya existen en el mercado productos muy completos para satisfacer la demanda del cada vez más numeroso grupo de horticultores urbanos en forma de kits que incorporan todo lo necesario para empezar a cultivar, como mesa de cultivo, riego por goteo y hasta el propio sustrato, para empezar no es necesario realizar grandes inversiones, basta con una simple botella de plástico reciclada de refresco de 2 litros, un poco de tierra y un par de semillas para poder disfrutar en poco más de un mes de la satisfacción de degustar nuestras propias lechugas.
También existe la posibilidad de cultivar directamente en un saco de sustrato en el que haremos unos pequeños orificios para depositar las semillas y además de ahorrar en recipientes conseguiremos mantener durante más tiempo la humedad de la tierra y por tanto el consiguiente ahorro de agua o sencillamente utilizar para ello unas cuantas macetas a la vieja usanza. Las semillas las podremos recolectar de los propios frutos que consumimos o adquirirlas en cualquier centro de jardinería o supermercados, teniendo en cuenta que una vez que recolectemos podremos obtener nuevas semillas que además se habrán aclimatado y por tanto nos darán mejor resultado en sucesivos cultivos.
¿Y los que no tenemos balcón qué??
Esto tampoco es ya una excusa para que los que no disponen de un espacio exterior puedab empezar ya a cultivar pues existen incluso sistemas de huertos que no precisan de luz solar ya que ellos mismos aportan la luz (artificial) y el calor que nuestras hortalizas necesitan para su crecimiento y hasta nos avisan de cuando es necesario aportar agua. Los que no quieran gastar dinero en éstos aparatos siempre pueden poner la imaginación a trabajar y ponerse manos a la obra ideando y fabricando sus propios huertos o escoger otras alternativas como los cada vez más números huertos comunitarios ubicados en las terrazas y parcelas de edificios de viviendas o los llamados huertos de ocio, de los que me gustaría hablaros en otra ocasión
Fuente: este post proviene de Blog de SUCULENTO, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: