Tal y como reconoce Isabel García, paisajista de Liquidambar, "el compromiso con el jardín y el medio ambiente del estudio se basa en el uso racional de praderas, el empleo de vivaces que aportan floraciones cada año y de especies adaptadas a las condiciones bioclimáticas del lugar". Gracias a una buena planificación, podemos disfrutar de un jardín sostenible sin tener que renunciar a una estética cuidada, atractiva y moderna.
El acceso al jardín se realiza a través de este camino de cipreses, que propone un delicioso y sugerente recorrido a lo largo del vergel. Las grandes encinas preexistentes son las protagonistas del mismo, y nos regalan su sombra en los días más cálidos del verano. Una buena iluminación desde la zona inferior acentúa su majestuosidad cuando se esconde el sol.
En el parterre, cada primavera florecen las calas, y se consigue un efecto muy ordenado gracias a la bordura de Teucrium fruticans, conocida como salvia amarga. Casi todas las flores de este jardín presentan tonos suaves, no muy llamativos, ya que se busca una sintonía con el resto del paisaje. La organización en parterres permite mayor libertad de juego a los niños.
La entrada al jardín está articulada por una rotonda de laurel que organiza el espacio, proporcionando una majestuosa estancia de acceso a la vivienda. La rampa de acceso al garaje queda oculta por setos de laurel, de los que emergen cipreses que dan un ritmo elegante y sutil. La lavanda que bordea el camino nos transmite un aroma típico de las zonas más rurales.
El porche está presidido por una composición de macetas. La combinación de colores suaves en tonos blancos y rosados queda muy bien con verdes intensos. Este juego cromático se consigue con Buxus sempervirens, Lavandula, Callas, Hydrangea y otras especies. El busto del caballo sirve de epicentro a partir del cual se disponen el conjunto de macetas en un orden aparentemente caótico.
La pérgola, diseño original de Liquidambar, se convierte en el elemento ideal para disfrutar de las suaves tardes primaverales, mientras los niños disfrutan jugando con sus amigos en el jardín. Un lugar para meditar en silencio. Otro rincón con un encanto muy especial es la zona de la fuente, flanqueada por grava blanca y una trepadora que sirve de mural de fondo.
La pérgola, diseño original de Liquidambar, se convierte en el elemento ideal para disfrutar de las suaves tardes primaverales, mientras los niños disfrutan jugando con sus amigos en el jardín. Un lugar para meditar en silencio. Otro rincón con un encanto muy especial es la zona de la fuente, flanqueada por grava blanca y una trepadora que sirve de mural de fondo.
Los muros del pabellón de la piscina están tratados con un acabado óxido que les proporciona un atractivo color anaranjado, en contraste con el verde de la vegetación. Los árboles escogidos pertenecen a la especie Prunus pissardi, conocido como ciruelo rojo, con un llamativo follaje que da color a esta zona del jardín, especialmente cuando florece en primavera.
Los parterres de lavanda ordenan y estructuran el vergel, proporcionando una abundante y hermosa floración. Esta planta está perfectamente adaptada a las condiciones bioclimáticas de Madrid, y apenas necesita riegos. La plantación, de Agapantos africanus y Lavandula officinalis, florece todas las primaveras, al tratarse de especies vivaces.
Junto a la pista de pádel, los bulbos primaverales crecen entre la hiedra. Los caminos que comunican las distintas zonas del vergel se han construido con la anchura suficiente para que los niños puedan patinar sobre ellos. La piscina, diseño de Liquidambar, destaca por la pureza del color azul del fondo, aportando una nota de frescor al conjunto. La elección del mobiliario exterior también resulta clave.
La Nandina domestica acompaña al caminante con sus tonos otoñales durante su paseo por el jardín. Un vergel dividido en distintas áreas que pueden ser utilizadas por pequeños y mayores: piscina, pista de pádel, caminos de patinaje, praderas verdes para jugar al fútbol... Todo ello sin renunciar a un estilismo y una apariencia estética de primer nivel.
Los parterres de lavanda ordenan y estructuran el vergel, proporcionando una abundante y hermosa floración. Esta planta está perfectamente adaptada a las condiciones bioclimáticas de Madrid, y apenas necesita riegos. La plantación, de Agapantos africanus y Lavandula officinalis, florece todas las primaveras, al tratarse de especies vivaces.