No, no se trata de un incendio, sino de otra cosa mucho más agradable. El otro día amaneció así en El Terrao. Suerte que, cuando saqué a los perros, se me ocurrió cargar con la cámara. Sobran las palabras.
Merece la pena levantarse temprano para contemplar esta maravilla. Hasta mañana.
(Todas las fotografías son originales de RAFAEL RODRÍGUEZ).