Los árboles cítricos en general, y el limonero en particular, son la decoración perfecta para tu jardín. Tienen muchas ventajas y, sus cuidados no son complicados. Pueden tener plagas o enfermedades, pero debes aprender a controlarlas si quieres disfrutar de su valor ornamental y su especial aroma.
La poda de este tipo de árboles es muy poco frecuente. Hay de tres tipos: floración, limpieza y rejuvenecimiento. En cuanto a la poda, hay que dejarlo crecer libremente los dos primeros años. Es recomendable y quitando los frutos en ese tiempo porque pueden arquear las ramas.
Se poda de manera anual, en el momento en el que está inactivo. La recomendación para la poda sería hacerla en el mes de marzo, después de la época de frío y recolección. Cuando el árbol ya es adulto, se poda igualmente cada mucho tiempo.
Debes mantener la limpieza de tu limonero, metiéndote dentro (para ver mejor) y eliminando todas aquellas ramas que no veas sanas. Quita también las ramas que estén cerca del suelo, así evitas que el fruto esté cerca de la tierra. El centro del árbol lo debes tener despejado, para que la luz del sol llegue a todas partes por igual. Sin quitar las ramas más gordas, elimina las que estén mirando hacia dentro, sobrecargando la copa.
Para hacer de tu árbol un fuerte ejemplar, debes suministrarle vitaminas y fertilizantes, controlas las posibles enfermedades y plagas, etcétera. Además, puedes cortar las puntas de las ramas principales del árbol para que se vuelvan más fuertes. Debes escoger dos o tres ramas principales para entrenarlas a ser las encargadas de cargar con el peso de la fruta. Poco a poco, ve fortaleciéndolas.
Y tú, ¿Cómo sueles podar tu limonero?
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Imágenes/Flickr: Peyri, iRubén, Maveric2003 y Honza Soukup.