Primero, debemos tener en cuenta que todos los cactus son suculentas, pero no todas las suculentas son cactus. Es muy difícil establecer diferencias entre ellas; Generalmente pensamos que los cactus son todas aquellas plantas carnosas, que aguantan altas temperaturas y tienen espinas, pero se tienden a confundir algunas variedades de suculentas que también tienen espinas.
Las suculentas son plantas que almacenan agua en sus tallos, raíces y hojas en cantidades mucho mayores que en el resto de las plantas, porque sus células tienen la capacidad de retener la cantidad de agua que necesitan. Existen muchísimas variedades de plantas dentro de la familia de las suculentas y por supuesto los cactus están dentro de este grupo.
Los cactus son plantas carnosas que almacenan agua, pero estos presentan una adaptación muy resaltante al resto de las suculentas: areolas con espinas. En este caso, el cactus crea una defensa contra posibles agresiones y al mismo tiempo almacena suficiente agua para sobrevivir en entornos áridos y secos. Esto quiere decir que la diferencia más notable entre los cactus y las otras suculentas son las areolas con espinas, esta es una de las claves para
poder distinguirlas.
Pero, se podría decir que la principal similitud entre los cactus y las suculentas es la belleza de estas plantas, perfectas para cualquier tipo de jardín e indicadas para aquellos principiantes de la jardinería.
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