Cuando tratamos de identificar las plantas de ambientes desérticos, siempre nos viene a la memoria un cactus, este sería el símbolo de ese paisaje, una planta capaz de superar largos periodos de tiempo sin absorber agua, algo que para otra planta le es imposible sobrevivir en esas condiciones, sin embargo, no todo el grupo de las crasas está compuesto por cactus, muy a pesar de ser uno de los géneros con mayor cantidad de especies que existen entre las plantas suculentas.
Las crasas forman el principal grupo de las plantas suculentas, que incluye entre sus miles de especies que la conforman, a los cactus, así ya nos ubicamos que los cactus pertenecen al grupo superior de las crasas.
Alrededor del mundo, las plantas suculentas cuentan con más de 8000 especies, con flores muy vistosas y carnosas hojas verdes, muy empleadas en jardines y plantas en macetas. Un claro ejemplo de este tipo de plantas suculentas lo representan las del genero aloe, especies conocidas por sus amplias propiedades medicinales o los cactus, utilizados en su mayoría para composiciones decorativas en jardines, micro jardines y paisajes desérticos.
Como se relacionan los cactus y las crasas
Las especies que conforman el grupo de las crasas tienen similitudes en su funcionamiento y en sus formas. Todas son capaces de almacenar agua en sus órganos, ya sean las hojas o el tallo, que, en caso del cactus, es el tallo el órgano que almacena agua.
Una característica propia de los cactus es que poseen espinas y algunas micro espinas que funcionan como mecanismos de defensas. Seguro te habrás pinchado la mano al manipularlos, estas son hojas modificadas en espinas. Lo que identificamos de un cactus es su tallo con capacidad fotosintética y las espinas.
Los cactus son la principal especie del grupo suculentas
La confusión entre ambos términos (cactus y crasas) surgen, como ya comentábamos, en que el cactus es la planta suculenta más conocida, además de ser también la más numerosa en especies, por lo que no podemos diferenciarlas, incluso, la botánica no es capaz de diferenciarlas y es por eso que termina una especie como el cactus formando parte de las crasas junto a otras especies.
¿Ya te quedó claro diferenciar los cactus y crasas?
Las crasas ordenan a las plantas suculentas, mientras que los cactus pertenecen, junto a otras especies, a las plantas suculentas. En sí, no se diferencian ambos términos, pero si es importante reconocer a que se refieren.
Los cactus son crasas, pero las crasas están formadas por muchas más especies de plantas suculentas
Para aprovechar que estoy diferenciando estos términos, veamos algunas de las características del grupo de las suculentas. Podrá parecer un poco enredado, pero sólo se debe a la clasificación botánica de cada planta, siempre compartirán características principales.
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Las plantas suculentas están diseñadas para sobrevivir
En la actualidad, muchas de las plantas ornamentales han sido poco a poco domesticadas, utilizando plantas de diversos lugares del mundo, de ahí que debería parecer extraño encontrar unas plantas crasas adaptadas a climas áridos, semiáridos o desérticos en una región fría de Europa.
Este tipo de plantas se caracterizan por su capacidad de almacenar agua, ya sea en las hojas o el tallo, cualidad que le hace disponer de hojas y tallos gruesos, muy carnosos, donde desarrollan estructuras especiales de su género. Es por eso que pueden vivir en ambientes calurosos, con poca disponibilidad de agua, siempre manteniéndose en buen estado.
¿Entonces, que son las plantas suculentas?
Son plantas adaptadas a la sequía, con la capacidad de almacenar agua en tallos y hojas para su supervivencia ante condiciones climáticas adversas. De ahí que su característica principal sea resistir amplios períodos sin riego, con una piel gruesa y dura, alta capacidad reproductiva y mantenerse siempre verde, sin importar lo que ocurra a su alrededor.
La mayoría de las plantas que pertenecen a este grupo de las suculentas se asemejan, siendo los cactus los más numerosos, en las que además de tallos gruesos, destacan sus espinas y pelos absorbentes de rocío que se unen a sus mecanismos de supervivencia con poca agua en el suelo.
En cuanto a la rusticidad, son plantas que vienen bien en jardines en las que no se hará un cuidado muy exigente, por el contrario, son plantas que no requieren de mantenimiento constantes, ni mucho menos de cuidados, pudiendo resistir a un riego por mes y en casos de sufrir heridas o daños, su regeneración es muy rápida.
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