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Un descubrimiento final sacó a la luz la extensión total de la traición que habían vivido. Lucas y Mateo enfrentaron el punto más bajo de su relación, cada uno cuestionando si algún día podrían encontrar la redención y el amor que deseaban.
La ciudad parecía más oscura que nunca mientras Lucas y Mateo enfrentaban una verdad que había estado oculta en las sombras durante tanto tiempo. El apartamento, una vez lleno de planes y conspiraciones, ahora se sentía como un lugar de pesar y duda. Cada rincón parecía susurrar acusaciones silenciosas mientras los dos hombres se enfrentaban al descubrimiento final que podría cambiarlo todo.
La noche caía sobre la ciudad, pero no había estrellas en el cielo, solo nubes espesas que reflejaban el estado de sus corazones. Lucas y Mateo se encontraban sentados, los silencios incómodos llenando el espacio entre ellos.
— Lo descubrí — murmuró Lucas, su voz temblorosa mientras luchaba por contener sus emociones.
Mateo lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de miedo y anhelo — ¿Qué descubriste, Lucas?
La revelación final sacó a la luz la extensión total de la traición que habían vivido. Las piezas del rompecabezas encajaron, formando una imagen que era más devastadora de lo que jamás habían imaginado.
Lucas había estado absorto con la muerte de su madre, había hecho sus propias investigaciones a espaldas de Mateo, tenía información que quería compartir y otra que quedo reservada solo para él. Nunca imagino que podría decirlo, pero el amor le había ganado
— Mi mi madre fue una de las principales autoras del daño a tu familia y fue quien estuvo detrás de cada traición que sufrimos — dijo Lucas con una voz ahogada, con su mirada fija al suelo.
Mateo sintió que el suelo se tambaleaba bajo él. La realidad que estaba emergiendo era aterradora y confusa, y su mente luchaba por asimilar la magnitud de la traición que habían sufrido.
— ¿Cómo? ¿Por qué? No lo entiendo — murmuró Mateo, su voz llena de autoacusación.
Lucas mantenía su mirada en el suelo, no era capaz de mirar a Mateo a los ojos ya que el tenía un secreto que no podía revelar y en ese momento era incapaz de decirlo, mientras que Mateo estaba dando vueltas en la habitación, rebuscando y mezclando entre todos los papeles como si la respuesta fuera a salir de alguno de ellos, cada movimiento era más torpe y rápido, estaba cayendo en una crisis ante tanta duda, sin comprender la razón y motivación de la mamá de Lucas para tal situación.
— ¡Calma Mateo! respira — exclamó Lucas mientras lo tomaba en sus brazos para tratar de calmarse un poco, agregó — Fuimos ingenuos, unos niños luchando una batalla que no era nuestra — finalizo su oración con un tono calmado que solo enloquecía más a Mateo
— No éramos ingenuos, Lucas, éramos seres humanos que buscaban la verdad y la justicia. Y fuimos manipulados por aquellos que sabían cómo jugar con nuestras emociones.
El nexo de la verdad los envolvía, revelando una telaraña de engaños y traiciones en la que habían estado atrapados. La confianza que una vez habían compartido se había desmoronado por completo, y ahora enfrentaban el punto más bajo de su relación.
— No sé si podemos superar esto — dijo Lucas con voz quebrada, sus ojos llenos de dolor.
— No podemos dejar que esta verdad nos consuma, Lucas, eres todo lo que me queda — pronunció Mateo ante tal comentario.
La oscuridad se cernía sobre ellos mientras enfrentaban la realidad de la traición y la manipulación que habían sufrido. Sus corazones estaban heridos y sus almas cansadas, pero en medio de la devastación, encontraron un atisbo de esperanza.
La noche se desvaneció en el amanecer, y con él llegó la decisión que debían tomar. A medida que enfrentaban la verdad cruda y la traición que habían sufrido, Lucas y Mateo también se enfrentaban a la posibilidad de la redención y el amor que habían buscado desde el principio, un amor que aún estaba en espera de un secreto no revelado.
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