A continuación te hablaremos un poco de la historia del jengibre, sus bondades para nuestro bienestar, cómo podemos sembrarlo en casa, recomendaciones para empezar a consumirlo para ir incorporándolo a nuestra vida diaria.
Historia
Es una planta de origen asiático que es muy buscada por su tallo subterráneo, el cual posee un aroma peculiar y un sabor picante. Hay registros que fue usado por romanos y griegos con usos medicinales y culinarios. Durante los viajes de exploración de los europeos, las rutas de comercio se activaron y así fue como el jengibre llego a Europa y América.Actualmente, la India es el mayor productor de jengibre del mundo, seguido por China y Nepal. También se cultiva en África y Brasil. Lo podemos conseguir en raíces enteras, raíces tiernas, raíces secas y en trozos delgados.
Beneficios para la salud
Ayuda a prevenir dolencias respiratorias, como el asma, la bronquitis, la tos y la gripe. Es un buen remedio para aliviar problemas gastrointestinales, como náuseas, vértigos y dolores de estómago ya que fomentan la formación de jugos gástricos.
Contiene excelente minerales como el potasio, hierro, magnesio y muchos tipos de vitaminas por lo que es un buen analgésico, antinflamatorio, antiséptico y afrodisiaco. Además, elimina el mal aliento. El jengibre tiene gingeroles, elementos que reducen dolores musculares, como los causados por la artritis, por ejemplo. Después de haber leído estas líneas, ¿te animas a intentar cultivarlo en casa? Vamos a ver cómo hacerlo.
Paso a paso para sembrar jengibre
Algo sumamente curioso de esta planta es que no necesita luz solar obligatoriamente para crecer, así que no hay por qué tenerla en la ventana. Si quieres, puede estar dentro de la casa. Sin embargo, tampoco es malo que reciba sol.Puedes comenzar con un rizoma o raíz que hayas comprado en una tienda. Primero, vamos a sumergir la raíz en un vaso de agua, para que absorba la humedad requerida para germinar. Va a estar en agua por unas 3 o 4 horas.
Luego la vamos a sacar pero no las secaremos y las meteremos en una bolsa de plástico, la cual envolveremos con un trapo, por una semana. Esto fomentará la humedad para que empiece a brotar. Después de ese periodo de tiempo, revisaremos la bolsa y nos encontraremos con brotes en los extremos.
Siembra
Estamos listos para sembrar. El jengibre se puede cultivar durante todo el año. En cuanto a la maceta a elegir, debe de ostentar, como mínimo, unos 10 o 15 cm de profundidad ya que esta planta crece superficialmente. La maceta ha de tener agujeros en la parte inferior para favorecer el drenaje del agua.
Como paso siguiente, enterramos el jengibre en la tierra o sustrato. Para esto, vamos presionando suavemente en la tierra para enterrarlo por la mitad, dejando siempre al descubierto los brotes, los cuales van ir echando nuevas raíces.
Si la tierra tiene una textura arcillosa y suelta, mucho mejor. Si puedes agregar algo de abono, tu planta crecerá con más rapidez. Ve repitiendo el mismo patrón con otros rizomas de jengibre que tengas, colocándolos por separado.
Debes tener en cuenta que no soporta muy bien las bajas temperaturas y una alta exposición al sol. Es conveniente ponerla cerca de una ventana para que reciba algo de sol pero aléjala de aires acondicionados.
En este punto empezamos con el riego. Debe ser constante pero debes tener cuidado de no mojar los rizomas o raíces. El exceso de agua puede causar enfermedades en la planta. Si tu jengibre luce decaído, con hojas oscuras, lo mejor que puedes hacer es trasplantar la planta a una nueva maceta.
Cómo extraer jengibre de tu huerto
Luego del transcurso de unos 3 o 4 meses, hay posibilidades de sacar algo de jengibre para tu uso doméstico. Lo que hay que hacer es sacar un poco de tierra por un lado hasta que veas un rizoma y lo cortas con cuidado. Al terminar, cubre el rizoma con sustrato y el crecimiento continuará.
Cómo consumir el jengibre
El jengibre se consigue en polvo, seco o fresco. La manera más común de ingerirlo es en forma de té. Para prepararlo, vamos a hervir un poco de agua. Cuando ésta esté lista, añadimos el jengibre, lo dejamos remojar por unos minutos e incorporamos miel, azúcar o papelón.
Para un efecto antigripal más potente, hay personas que agregar un poco de limón, naranja, manzanilla o incluso leche para paliar su sabor picante. Es una genial infusión si tenemos gripe, ronquera, tos o cualquier molestia respiratoria.
Asimismo, existe una presentación en aceite y en capsulas. Con respecto al aceite, debemos tomar 9 gotas en un espacio de 3 tomas al día. En lo que se refiere a las cápsulas, deberían consumirse bajo supervisión médica.
En cuanto al aspecto culinario, el jengibre se ha usado para condimentar ensaladas, carnes y en platos de talante asiático. Las sopas han sido condimentadas por esta especia desde hace años, por ejemplo. Se hace con jengibre rallado, dando un sabor peculiar a sopas de pescado y pollo.
Los pescados también se ven sazonados por su picante sabor, sobre todo los de tipo merluza. Se logra un sabor delicioso cuando se mezcla con limón. En el caso de las ensaladas, hay que preparar un aderezo en base a mostaza, miel, limón, aceite de oliva y jengibre molido.
Por último, tenemos los dulces preparados con jengibre. Este funciona para dulces horneados, como tortas, las famosas galletas de jengibre navideñas y panes. En muchas confiterías actuales se consiguen hasta caramelos de jengibre, los cuales son una buena alternativa para irnos acostumbrado a su picante sazón. Eso sí, no los muerdas porque el picor no será fácil de sobrellevar.
Como te has dado cuenta, el jengibre es una planta sumamente versátil en cuanto a sus usos y forma de cultivo. ¿Te atreves a hacer el experimento y sembrarla en tu hogar?