Humedeced el sustrato con cada riego y retirad el agua que sobre del platillo al cabo de unos minutos para evitar que las raíces se pudran. No se trata solo de regar por aplicar agua como una costumbre sino que poco a poco debemos ir comprobando la humedad que adquiere el sustrato. De esta forma despejáis las dudas sobre la frecuencia de riego.
El momento adecuado para aplicar el siguiente riesgo depende del calor que se perciba, por lo tanto puedes introducir el dedo por uno o dos centímetros para comprobar la humedad que posee. Si usáis un programador, podréis ajustar la frecuencia de los riegos a, mínimo, uno al día, que deberíais realizar al anochecer. Estos son mis consejos. Os dejo también un truquito para regarlas durante varios días sin tener que preocuparos.
¿Sabéis algún otro truco para regar las plantas cultivadas en macetas?