La Flor de Pascua es bastante débil y delicada, y no soporta grandes cambios en la temperatura o la humedad. Por eso, lo primero que hay que hacer es podarla a unos ocho centímetros de la base y quitar así las hojas que ya están más debilitadas. Podéis preguntar en vuestra tienda habitual por algún producto que ayude a cicatrizar el tallo después de la poda y algún abono líquido para utilizar cada quince días y así conservar la flor de Pascua.
Lo más importante para conservar la flor de Pascua es su lugar de ubicación. Esta debe estar en un sitio fresco y con bastante luz. No soporta el frío o los vientos, la falta de luz o el exceso de agua.
En cuanto al riego, es mejor que falte que sobre, pero un ambiente muy seco provocará la caída de las hojas. Os recomendamos pulverizar las hojas que estén más verdes y dejar de lado las más rojas.
Esperamos que estos consejos os ayuden y podáis mantener vuestra Flor de Pascua hasta las próximas Navidades. Es difícil mantenerla, pero con atención y cariño, todo es posible.
Imagen:Flickr/ Andres Rueda