Si hay una planta de interior navideña por excelencia, esa es la Euphorbia pulcherrima... ¿perdón? Sí, este es su nombre científico, aunque seguramente la conocerás por alguno de sus muy muy numerosos nombres populares: Flor de Pascua, Flor de Nochebuena, Flor de Navidad, Poinsetia, Estrella federal, Cardenal, Pastora...
Sea como sea, hoy toca hablar de la reina verde de la Navidad, de sus características y de los cuidados que le debemos brindar para que nos duren más allá del día de Reyes. ¡Atentos!
Aunque hay diversas teorías contradictorias, parece que todos los historiadores coinciden en que fue en Inglaterra y durante la Edad Media cuando comenzaron a popularizarse el rojo y el verde como los colores característicos de las fiestas navideñas. Es por este motivo por el que la Poinsetia se ha popularizado tantísimo, porque sus hojas verdes y sus coloridas brácteas rojas representan la Navidad como ninguna otra planta.
Realmente, la Flor de Pascua es un arbusto de la familia Euphorbiaceae que puede alcanzar hasta cuatro metros de altura y cuyo origen encontramos en Centroamérica, concretamente en México.
Cómo cuidar la Flor de Pascua
Es muy común pensar que la Poinsetia es una planta estacional, que cuando pasa la Navidad muere sin remedio. Pero no es así, nada más lejos de la realidad, con los siguientes cuidados básicos podremos disfrutar de ella durante todo el año.
- La luz. Es un aspecto fundamental. La Flor de Pascua necesita muchas horas de luz (¡cuantas más, mejor!), pero, atentos a este dato: la luz directa del sol le perjudica. Por el contrario, soporta bien la iluminación artificial fluorescente.
- La temperatura. Le gustan los ambientes fresquitos, que oscilen entre los 16ºC y los 22ºC. Si ponemos la calefacción fuerte corremos el riesgo de que se le caigan las hojas.
- El riego. No es una planta que necesite grandes cantidades de agua, más bien lo contrario, se conforma con poquita. Así, podemos recurrir a dos métodos:
-> O bien la regamos un poco (hasta dejar la tierra ligeramente húmeda) cada tres días, echando el agua por el perímetro, sin que toque directamente el tallo,
-> O bien cada tres días también le ponemos un plato con agua debajo para que la vaya absorbiendo.
En cualquier caso, ante la duda, es mejor quedarnos cortos que pasarnos.
¿Y si se marchita?
La Flor de Pascua es algo delicada y es frecuente que se estropee si no le damos la luz que necesita o la regamos más de la cuenta. Pero no hay que preocuparse, aunque tenga muy mal aspecto, ya que es muy probable que la podamos recuperar.
¿Cómo conseguir que reviva? Muy fácil, hay que podar dos terceras partes de los tallos, dejando siempre algún nudo en cada uno de ellos. Después, aplicamos algún producto que ayude a cicatrizar, la situamos de nuevo en un lugar luminoso, fresquito y la regamos como hemos dicho anteriormente.
Si todo va bien, comprobaremos que salen hojas nuevas, en esta ocasión de un color verde brillante. Para que se pongan rojas tenemos que intentar que no reciba luz durante más de diez horas entre los meses de octubre, noviembre y diciembre. Es decir, hay que dejarlas en un lugar oscuro durante al menos 14 horas al día.
¿Tienes algún truco para cuidar tu Poinsetia? ¡Te esperamos en nuestro próximo post de Vivienda Saludable!