Por ahora nos quedamos observando algunos bichillos incómodos que devoran nuestros cultivos y que parecen hechos a todo, pero que también, temporalmente, tienen todo a su favor siendo su despensa nuestro vergel.
Antes de sacar toda la intendencia de biopesticidas, sería interesante pararnos, observar y valorar si son tan perjudiciales como nos cuentan.
Si su eliminación está basada simplemente en un matiz económico, quizá sea de fácil solución, pero si por el contrario conlleva costes colaterales ambientales de, cuanto menos, difícil valoración económica, el asunto se complica..
Trampa de agua para captura de machos de Tuta absoluta
¿Qué precio ponemos a una población de lombrices, la cual es crucial para el mantenimiento de un ecosistema? Ni idea.
Reflexiones aparte os propongo algunos métodos "suaves" que nos ayudan a la valoración de una posible plaga y que comienzan a ser respetados por el mundo hortícola y jardinero tradicional.
Se denomina monitorización de plagas, es decir, antes de rociar con cualquier biopesticida o plaguicida químico observamos la evolución de la plaga, así como su ciclo vital en nuestro entorno.
El recuento de individuos es un buen comienzo, así la utilización de fajas cromáticas pegajosas y atrayentes aromáticos suele resultar muy eficaz.
Si el asunto se complica, la utilización de trampas de agua basadas en feromonas de la hembra del bicho en cuestión nos facilitará la convivencia con toda su familia.
A continuación os paso un "link" interesante:
Hasta la vista.
Ion
P.D: Objeto de mi imaginación: el hombre