Se cree que el origen del ajo se encuentra en el sureste de Asia o en el sur de Europa. Cultivada desde muy antiguo por los egipcios, los griegos ya la usaban como remedio medicinal. Por ejemplo, Hipócrates ya la recetaba para los tumores uterinos.
Actualmente el ajo se cultiva en todo el mundo, y es muy apreciada por sus propiedades medicinales ya que contiene gran variedad de compuestos químicos con efectos beneficiosos para la salud.
(Imagen: Wikipedia)
Algunas de las propiedades del ajo más reconocidas son la reducción del colesterol, el efecto antihipertensivo, la prevención del cáncer de estómago, el aumento de la capacidad del sistema inmunológico y el efecto antibiótico.
Los dientes de ajo se usan como condimento de cualquier tipo de plato o salsa.
Para aprovechar al máximo sus propiedades es conveniente machacarlo y cocerlo. También se consume cosechado tierno.
Un poco de botánica
Es una planta de la familia de las liliáceas y su nombre científico es Allium sativum. Es muy parecida a la cebolla, y también produce un bulbo a partir de las reservas acumuladas en la base de las hojas.
El bulbo del ajo se diferencia porque está formado por unidades elementales llamadas dientes. Su número depende de la variedad y las condiciones ambientales: puede ser de dos o tres hasta 15 o más.
Es una especie bianual, con un ciclo de vida de dos años.
Tiene unas raíces muy numerosas y cortas, lo cual hace que sea una planta muy bien adaptada al cultivo en el huerto urbano.
Para formar el bulbo, necesita temperaturas suaves y una duración del día larga.
Existen dos grupos de variedades: los ajos blancos y los rosados. Los blancos se conservan mejor y se suelen consumir secos, mientras que los rosados se comen más tiernos.
Dentro de estos dos grupos, hay muchas variedades, con diferente duración del ciclo y adaptación a diferentes climas. A nivel local también existen muchos tipos.
Cómo se cultiva
La plantación se realiza a partir de los dientes de ajo. Debemos tener en cuenta que el ajo presenta una cierta latencia, es decir, que recién cosechado puede tardar un cierto tiempo antes de germinar.
Es una planta bastante rústica, que se adapta bien a diferentes climas y tolera bien el frío del invierno.
Para la formación del bulbo, necesita un clima suave, y no le gustan las temperaturas excesivamente cálidas del verano. Por lo tanto, suele cultivarse para que forme el bulbo en primavera.
(Imagen: Wikipedia)
En zonas muy frías, la plantación se realiza a finales de invierno (marzo), y en climas más templados se puede realizar a partir de noviembre hasta enero.
La recolección se hace a partir de junio hasta julio. Si se desea cosechar el ajo tierno, se adelanta varios meses.
La separación entre las plantas puede ser muy pequeña, del orden de 15 cm a 20 cm. En el caso de cultivar para obtener ajos tiernos, se pueden plantar más juntos.
Si los dejamos secar bien, pueden conservarse durante muchos meses.
Este cultivo se asocia bien con lechugas, remolacha y acelga. Se debe evitar que coincida con guisantes o habas.
El ajo suele tener pocos problemas de plagas o enfermedades, si bien las larvas de alguna especie de mosca y escarabajo pueden invadir el bulbo.
Esta planta tiene un efecto contra insectos, ácaros y algunas enfermedades. Se mezcla del orden de 10 gr a 20 gr machacados en un litro de agua, se le añade jabón y se pulveriza. (Aprende a preparar insecticida con ajo para nuestra huerta orgánica con este post).