Los 'jardines franceses', tal y como hoy los conocemos, surgen en el siglo XVIII en pleno reinado de Luis XIV, como expresión del poder absoluto, riqueza y esplendor reflejados a la perfección en los parques de Versalles, Chantilly o Vaux le Vicomte.
El jardinero francés le Notre es el encargado de introducir este nuevo estilo, convirtiéndose en su máximo representante.
El 'jardín italiano renacentista' sirve de inspiración aunque el anhelo de grandeza de Luis XIV obliga al paisajista a suprimir los límites de tamaño y espacio, creando superficies inmensas con parterres y setos perfectamente recortados dominados por estatuas, fuentes y estanques monumentales símbolos de la supremacía absoluta del monarca.
Chantilly
Elementos del jardín francés
El lugar adecuado para desarrollar estos jardines es en las afueras, alrededor de los chateau (palacios franceses), y sus características singulares son:
La perspectiva: El mayor espectáculo visual de estos espacios se percibía desde el palacio, asomándose a las ventanas. Desde ese lugar todo cobraba sentido y se entendía la creación en su conjunto.
Versalles
El eje visual: Apunta al infinito
La escala: A pesar de la enormidad de los jardines franceses nunca se llega a perder la escala humana.
Arte topiario/ geometría: La topiaria se exagera y se crean estructuras geométricas reforzando la sensación adquirida a través de la perspectiva.
Versalles
Parterres: Aunque el origen del parterre francés se da en el siglo XVI es en esta época en la que alcanzan su máxima fama. Recargados y barrocos como el resto de la composición.
El agua: Utilizada para organizar y ampliar el espacio y para reflejar el chateau. Construcción de estanques y fuentes impresionantes de gran riqueza artística.
Estatuas
Vaux le Vicompte
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Imágenes/ Flickr: Sybarite48, traveling_incognito