Las malas hierbas son aquellas especies vegetales que crecen donde no deben hacerlo. Se las denomina así porque compiten con otros cultivos del jardín por la luz, el agua y los alimentos. Además, pueden estropear la estética de nuestros espacios verdes y crear un entorno propenso a las enfermedades y plagas.
Malas hierbas anuales
Hay que tener mucho cuidado con este tipo de malas hierbas ya que experimenta varios ciclos dentro de una misma temporada. Esto significa que suelen producir grandes cantidades de semillas y, por lo tanto, se reproducen fácilmente y a gran velocidad. El invierno es una buena época para deshacerse de estos molestos hierbajos. Lo mejor es enterrarlos en el fondo de zanjas, mezclándolos con abono orgánico o compost para el jardín.
Malas hierbas perennes
Las malas hierbas, sobreviven incluso en invierno, gracias a los tallos y raíces que tienen bajo tierra. Se tiene que excavar y arrancar de cuajo la raíz de cada una de las plantas. La solución más eficaz es quemarlas, una vez se tengan todas.
La azada, el mejor instrumento
Hay que preparar bien la azada; de esta manera resultará más fácil arrancarlas desde la raíz. Conviene realizar esta tarea en un día cálido y seco, para que así las malas hierbas se marchiten y mueran con facilidad. Es conveniente que no se esparzan las semillas de estos hierbajos.
El acolchado
Este sistema es muy útil para estos casos. Tanto el polietileno negro como el acolchado o mulching orgánico forman una barrera física que impide el crecimiento de hierbas no deseadas, calientan el suelo y conservan la humedad. Esta técnica puede adelantar la cosecha hasta tres semanas.
Si se elige el polietileno, se recomienda enterrar los bordes o fijarlos, poniendo piedras pesadas sobre ellos para que no se vuelen con repentinas ráfagas de viento. Si se prefiere el acolchado orgánico, se puede utilizar como fertilizante del suelo, siempre y cuando se entierre en él al final de la temporada de cosecha. Así se mejorararán su estructura y composición.
La última solución: los productos químicos
Ésta es la opción más extrema, que sólo se ha de utilizar si falla todo lo demás, porque los herbicidas matarán todo el tejido verde que encuentren. Además, es peligroso si se tienen niños o animales que puedan entrar en contacto con el jardín, ya que lo que es perjudicial para un ser vivo suele serlo para todos.
De cualquier forma, si se opta por recurrir a ellos, conviene consultar al vendedor sobre cuál es el que más conviene al jardín según el tipo de suelo y de hierbas que se quieran eliminar.