Y es que estas piscinas se depuran gracias a la acción de las plantas colocadas en la conocida como 'zona de regeneración'. En esa zona no puedes bañarte, pero merece la pena construirse una piscina de estas frente a las tradicionales, ya que a la larga resultan más económicas por no tener que comprar productos químicos, que además, estropean tu piel y el medio ambiente.
Cualquier planta que soporte la temperatura y el clima del lugar es ideal para colocarla en esa zona de filtración. Respecto al mantenimiento, en verano hay que aumentar el nivel del agua para que llegue a las plantas del borde, en invierno no hay que dejar que el agua se congele, y en otoño hay que quitar las hojas que caen de los árboles.
Lo que hay que tener en cuenta a la hora de construirla es que, al menos, debe medir 40 metros cuadrados. A la zona de regeneración, sea cual sea el tamaño total de la piscina, hay que destinarle 20 metros. Otra de las cosas que me gustan de estas piscinas es que pueden simular un paraje natural: lo único que hay que hacer es instalar tuberías que den sensación de catarata.
¿Vas a construir una piscina naturalizada en tu jardín? ¿Tienes ya una? ¡Cuéntanoslo!