La monarda es una planta de jardín ideal: destaca por sus espectaculares flores de hermosos colores e inflorescencia esférica, sus bonitas brácteas y sus hojas aromáticas. Y gracias a sus fuertes tallos, también llama la atención en el invierno. Esta variedad pertenece a uno de los géneros botánicos más importantes de plantas de jardín y es casi una obligación escogerla cuando se hace una elección de entre el surtido de plantas vivaces.
Como 'último toque', en la época de floración, acuden a la monarda las abejas. Después de la floración no hace falta cortar las flores porque las inflorescencias marchitas siguen siendo atractivas hasta muy entrado el invierno. Eso hace que esta planta merezca sin duda la pena.
A pesar de su hermosura, la monarda había caído algo en desgracia durante algún tiempo, debido a la frecuente presencia del mildíu en las variedades existentes más antiguas. Una vez afectadas por esta enfermedad, las plantas perdían todas sus hojas y con ello su valor ornamental para el jardín. Hace unos años, éste fue el motivo por el que los cultivadores empezaron a crear nuevas selecciones que no fueran sensibles al mildíu. La siembra, la selección y finalmente el lanzamiento al mercado de una nueva monarda han costado unos cuatro años.
Planta de los indios
Así se le suele llamar también a la bergamota. Y no es de extrañar si consideramos que la monarda es originaria de los Estados Unidos, donde gozaba de gran prestigio entre los indios. Los Oswego, en los alrededores de Nueva York, hacían infusiones con sus hojas, una costumbre que adoptaron también los colonos.
De la monarda fistulosa se preparaba una infusión de menta; el aceite de las hojas también se empleaba para combatir males de las vías respiratorias. La hoja aromática de la bergamota se sigue utilizando para perfumar un conocido sabor de té llamado Earl Grey.
Floración rica y prolongada
La bergamota es apta por excelencia para el arriate estival y el jardín de flores para cortar, pero lucirá también espectacular en espacios verdes más naturales. Su altura varía de 70 a 180 cm. Su floración, en julio y agosto, es rica y prolongada en los colores blanco, violeta, lila, rosa, rojo, púrpura y morado.
La inflorescencia consiste en un verticilo de pequeños cálices, del cual aparecen cada vez nuevas flores labiadas de abajo a arriba. Las brácteas debajo de la inflorescencia contribuyen en gran medida a la belleza de la planta.
Atrévete a dar juego a la monarda, mezclándola con otros colores en el arriate. Escoge, por ejemplo, fusiones en blanco, rosa y púrpura pasando a rojo muy oscuro. Algunas plantas vivaces que combinan muy bien con la bergamota son, entre otras: Achillea, Agastache, Lavatera, Lobelia, Nepeta (hierba gatera), Origanum (mejorana), Salvia, Sidalcea, Thalictrum (ruda pratense) y Veronica (verónica).
División de matas
Para una buena floración es aconsejable arrancar las plantas cada dos o tres años, quitar el corazón viejo y plantar de nuevo las partes exteriores de la mata. El desarraigo de la planta no causará dificultades porque la monarda echa sus raíces superficialmente. La bergamota es resistente a las heladas, prospera tanto al sol como a media sombra y se puede plantar y trasplantar durante casi todo el año, aunque después de septiembre no es recomendable.
Necesita un suelo de jardín permeable y rico en humus; la monarda fallará en tierra arcillosa pesada y sin labrar. Es una planta fuerte que no exige cuidados, siempre y cuando no esté seca, así que recuerda que has de regar regularmente.
Fuente: Bakker.