Generalidades
El color de las hojas nos dice el tipo de clima que toleran. Las de color rojo y rosado aguantan todo tipo de clima, con la condición de tener un resguardo en el interior de un lugar. En cambio, las amarillas y blancas son más susceptibles a climas fuertes. Hablando de manera general, prefieren los ambientes cálidos.
Cuidados
Si queremos disfrutar de la belleza de la Santa Rita en maceta, hemos de seguir una línea de cuidados que no son muy complicados. Ante todo, al ser una planta trepadora que está acostumbrada a los entornos húmedos costeros, los cuales son los mejores para su desarrollo. Ha de recibir mucha luz solar, por lo que debe estar situada en la parte donde obtenga más sol.
Debido a que la Santa Rita en maceta se caracteriza por ser rústica, es capaz de ajustarse a todo tipo de suelos pero la maceta debe tener un mecanismo de drenaje del agua porque esta planta se pudre si almacena agua luego del riego. La materia orgánica le aporta al suelo muchas vitaminas y minerales beneficiosos a su crecimiento.
En cuanto al riego, en los meses de verano será suficiente con regarla 3 veces por semana. En los meses fríos, el riego ha de reducirse a una vez por semana para mantener un equilibrio con la humedad pues la planta consume menos nutrientes y agua en esta temporada. De esta forma, es capaz de sacar provecho de la humedad del ambiente.
En lo que respecta al abono, la Santa Rita en maceta lo requiere para crecer de forma frondosa y con hojas de muchos colores. Recomendamos usar uno con micronutrientes para aumentar la concentración de calcio y prevenir enfermedades, como la clorosis férrica.