Es un privilegio para los madrileños tener un jardín botánico de estas características en la ciudad, donde encontrar especies tan diversas y que, además, pone en nuestras manos aprender a diferenciar las distintas especies vegetales de las que tienen ejemplares.
Un paseo por el jardín botánico no sólo puede resultarnos relajante, si no que además nos ayudará a ampliar nuestros conocimientos sobre el apasionante mundo de la botánica.
(Imagen/ Flickr - Invernadero: olgaberrios)
Inaugurado en 1755
Fernando VI fue el precursor de la construcción de este jardín botánico allá por 1755. Decide ubicarlo en la Huerta de Migas Calientes, en las inmediaciones de lo que hoy se conoce como Puerta de Hierro, próximo a las orillas del Manzanares.En los inicios del Jardín Botánico de Madrid, se contaba con más de dos mil plantas, recogidas por José Quer, un botánico y cirujano que, tras viajar por toda la Península e intercambiar ejemplares con otros parques botánicos europeos, consiguió reunir esta pequeña colección.
Durante su reinado, Carlos III decide trasladar el Jardín Botánico al Paseo del Prado.
El encargado de llevar a cabo el proyecto fue Francesco Sabatini, arquitecto del Rey, junto con Juan Villanueva, que también era un renombrado arquitecto en la época.
Durante esta etapa, se construyeron tres terrazas escalonadas y se cultivaron las plantas con el método de Linneo, uno de los más notables botánicos de todos los tiempos.
Por estas mismas fechas se construyen los emparrados, el invernadero y la verja que rodea el jardín. En el invernadero impartió sus clases un ilustre personaje del mundo de la botánica, Antonio José Cabanilles.
(Imagen/ Flickr: Manuel Martin Vicente)
Tiempos duros en el siglo XIX
Ya durante la Guerra de Independencia española, allá por el 1808, el Jardín Botánico sufrió un cierto declive por la situación que se estaba viviendo en el país.En 1857, durante la dirección de Mariano de la Paz Graells, se realizaron reformas importantes que aún se mantienen en el jardín.
Mientras duró su dirección también se inauguró un zoológico que, doce años más tarde, fue trasladado al Jardín del Buen Retiro.
En 1882 el Jardín pierde dos hectáreas que le son expropiadas para la construcción del edificio del Ministerio de Agricultura, quedando reducido a las ocho hectáreas de extensión que tiene en la actualidad.
Otra gran pérdida tuvo lugar en 1882 debido a causas climatológicas: un ciclón derribó del recinto 564 árboles de gran valor.
En la actualidad, se llevan a cabo una serie de investigaciones de gran importancia para la botánica. Destacan algunas en el campo de la micología y de la micromicetología.
Hoy en día, el Jardín Botánico de Madrid está totalmente reformado y en 1993 los Reyes inauguraron el maravilloso invernadero de exhibición, una de las joyas de este gran vergel.
(Imagen/ Flickr: olgaberrios)
Distribución del Jardín Botánico
Hay distintas zonas en el jardín que son dignas de mención.En primer lugar, existen tres grandes terrazas en las que está dividido el terreno.
En la Terraza de los Cuadros se presentaban las colecciones de plantas ornamentales, medicinales, aromáticas, endémicas y de huerta alrededor de los fontines.
Otra de las terrazas es la de las Escuelas Botánicas: en ella se encuentra la colección taxonómica.
Por último, en la Terraza de Plano de la Flor, se encuentra una variada representación de arbustos y árboles.
Se construyeron, durante la dirección Mariano de la Paz Graells, el estanque y el busto a Linneo y, en la zona norte, el invernadero dedicado a las palmas. En el centro de la terraza del Plano de la Flor se levanta el Pabellón Villanueva, edificado en 1781 para ser un invernadero.
(Imagen/ Flickr - Pabellón Villanueva: magisma52)
Por otro lado, el invernadero del Jardín Botánico es otra de las partes fundamentales de este recinto. Fue construido en 1929 en sustitución de los antiguos invernaderos construidos por la Junta de la Ampliación de Estudios y que ya fueron derribados en 1975.
La construcción del actual invernadero se debe a una iniciativa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Tras la preparación y planificación del proyecto del nuevo invernadero, se estableció que debía tener tres compartimentos de exigencias climáticas bien diferenciadas: tropical, templado y desértico.
Esta instalación cuenta con un avanzado sistema de climatización con dos estrategias bien diferenciadas.
En invierno, capta energía solar almacenándola en un depósito de agua mientras que en verano, se evita la penetración de los rayos solares utilizando unas lamas móviles, a la vez que se nebuliza el interior con agua.
Dentro del invernadero podemos encontrar 1.200 especies distintas debidamente señalizadas.
En reconocimiento de la estupenda labor desarrollada para la construcción de estas instalaciones, el invernadero obtuvo el premio de Urbanismo, Arquitectura y Obra Pública de 1993.
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