El nopal es un género de la familia de las cactáceas que tiene más de 300 especies. Posee muchas propiedades, además de ser conocido por su alto contenido en fibra, ser rico en calcio, potasio, fósforo y vitaminas, se usa como antibiótico natural, para la inflamación, regular el colesterol y azúcar en la sangre, problemas de digestión o estreñimiento. Beneficia al sistema circulatorio, inmunológico, urinario y nervioso. Su jugo se usa también para eliminar la fiebre, su fruto, que es la tuna, combate el exceso de bilis. Ha llegado a usarse en la elaboración de jabones y cremas para aprovechar sus propiedades en la piel, donde por cierto, también sirve para el tratamiento de quemaduras leves y heridas. Desde la antigüedad, los aztecas lo usaban para tratar la fiebre, aliviar la diarrea y curar las infecciones. Pero hoy no vengo a hablarles de todo esto, sino de mi reciente obsesión por esta planta.
Para los aztecas, el nopal era considerado "la planta de la vida", debido a que siempre podían contar con él durante su larga peregrinación, ya que aun en climas hostiles, y cuando la planta parece completamente seca, puede generar vida nueva y con ello alimentarse, además de todos los usos medicinales conocidos y aplicados desde épocas antiguas.
Vivo muy a las orillas de la ciudad, así que tengo a escasos cinco minutos el campo (por eso ven tantas fotos en paisajes), y resulta que es temporada de nopales. Así que, como algunas otras familias de la zona en ocasiones vamos a cortar nopales, al principio esto me parecía una tarea divertida, era un reto intentar pelarlos y terminar con las menos espinas pegadas a la piel posibles, pero superada esta etapa comenzaron a fascinarme. Una planta con tantas propiedades y beneficios para la salud y la alimentación, que crece en el campo, en un lugar donde nadie se ocupa de regarlas, atenderlas o plantarlas y ellas sólo se multiplican y crecen y abundan y nos dan más para comer y disfrutar. Es lo más noble que me puedo imaginar.
Hay una zona que recientemente escavaron, no sé con qué fin, pero supongo que lo tendrán, construcción o cualquier cosa, el caso es que al escavar quitaron muchas pencas de nopal, puesto que removieron la tierra, y se ven los nopales muertos revueltos entre la tierra y en medio, saliendo de la nada, un nopal verde y vibrante, ¿no es esto maravilloso?
Y qué decir de sus flores, su temporada de floración es breve, creo, puesto que he visto que no duran ni una semana, pero son preciosas y luego vienen las tunas, que son el fruto del nopal, igualmente lleno de espinas pero muy dulces.
Las flores del nopal son de diferentes colores, rosas, naranjas, rojas, moradas, dependiendo de la especie, de igual forma son preciosas ¿no creen?
Hablando de las flores, me parece maravillosa la primavera, todo se ve más lleno de vida y los colores son fascinantes, aunque ciertamente odio el calor, me pone de muy mal humor, pero bueno, algo malo debía de tener, para todos hay gustos.
También me encanta ver las imperfecciones de la naturaleza, no me gusta cuando se le representa toda simétrica, pulida y perfecta, ella no es así, pero en sus rarezas también hay belleza.
Mis favoritos son los nopales que brillan, resplandecen en la distancia con ese verde vibrante, también son los más tiernos y buscados para consumo.
No se yo nada de especies, sólo sé que hay dos clases a grandes rasgos en la zona donde vivo, los de "tapona" que son alargados y no son tan ricos y los morados, que son más redondos y son los que debo elegir (aunque a mi me gustan más los primeros). Su nombre se debe debido a su coloración en los primeros días de vida, aunque no todos la tienen.
A continuación les dejo más fotografías que quería compartir con ustedes, espero que sean de su agrado, para verlas más grandes, deben dar click en alguna de ellas
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