El lugar de nacimiento de el cardón suele ser Argentina, aunque también se pueden encontrar algunos ejemplares en la isla de Gran Canaria, éstos de unas dimensiones bastante menores.
El cardón forma grandes colonias, constituidas por 400 o 500 tallos erectos de unos 5 o 6 cm de grosor.
Los costados son planos y las aristas son agudas y poseen prominencias en toda su longitud, acabando cada una de estas en dos aguijones de 4-5 mm de longitud.
Sus flores son pequeñas, de un color rojo-marrón.
El látex que segregan por sus agujeros es sumamente venenoso, especialmente al contacto con las mucosas del cuerpo humano.
La multiplicación del cardón es por semilla o esqueje. Su cultivo requiere de luz, con sol o ligero sombreado.
La temperatura puede ser de 10 º , aunque hay que tener cuidado para que no caigan hasta los -2º, ya que en este caso se helarían.
El sustrato a utilizar debe ser poroso, con poca materia orgánica.
Para el riego, sus necesidades son algo mayores que para el resto de cactus.
Debe irrigarse de forma abundante durante el período de crecimiento y prestar atención para que no se acumule agua en las raíces.
En invierno no será necesario regarlo, ya que en esta época ni suelen crecer, porque las partes que se desarrollasen crecerían blandas y desgarbadas y desfigurarían el cactus.
Imágenes/Flickr: lowjumpingfrog, rebonnett, wlcutler.
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