El nombre de la belladona es de origen europeo, proviene del italiano 'bell donna' (bella mujer) y muestra la sensibilidad de los italianos en el arte de la seducción.
En el lenguaje de las flores significa silencio, tal vez por el misterio que la rodea.
La belladona, que se encontraba habitualmente a los lados de los caminos, atrapaba la atención de niños y mujeres, que gustaban de los encantos de esta delicada y sugestiva flor, desconocidos hasta entonces.
La leyenda cuenta que en un remoto lugar, cierto hechicero trató con esta flor a una mujer enferma, provocando un estado de sueño profundo que se prolongó durante varios días.
Al despertar, la mujer se mostró molesta por haber sido despojada de estado hipnótico, argumentado haber estado en lugares maravillosos, llenos de placeres y lujuria.
Al darse a conocer esta experiencia se dispuso la prohibición de esta flor por considerar sus efectos como actos del demonio.
Incontables observaciones registradas desde el siglo pasado mostraron que en estado de excitación sexual la pupila se dilata. Los encuestados se habían sentido más atraídos por la mujer cuya sexualidad percibían inconscientemente como más estimulada.
De alguna forma, esto lo habían intuido las mujeres de las cortes italianas de los siglos XVI al XVIII, las cuales, antes de los bailes de la nobleza, usaban la atropina de la belladona para dilatar sus pupilas y lucir así más atrayentes.
Una planta medicinal
Esta planta, que crece a la sombra de los árboles, en colinas boscosas o yacimientos carboníferos, se ha utilizado desde siempre con fines terapéuticos.La belladona puede alcanzar un metro y medio de altura y su principio activo se concentra principalmente en la raíz, o en el fruto, que es una baya esférica y negruzca del tamaño de una cereza.
En la medicina herbolaria la belladona suele prepararse en cocimientos con las bayas y la raíz de la planta.
Por otro lado, en la medicina moderna se aplica localmente en forma de solución durante intervenciones oftálmicas, y en tabletas, cápsulas o gotas de administración oral.
En la actualidad, se utiliza para bloquear los impulsos de las terminaciones nerviosas, previniendo las contracciones de los músculos involuntarios. Sin la ayuda de la belladona difícilmente puede llevarse a cabo una operación de los ojos.
Sus efectos comienzan entre los 15 y los 30 minutos. Al llegar al cerebro en dosis bajas, la atropina que contiene la planta bloquea los receptores de la acetilcolina, deprimiendo los impulsos de las terminales nerviosas; en dosis elevadas, sin embargo, se presenta una estimulación antes de la depresión.
Además, la atropina se ha utilizado en conjunción con la levadopa para tratar la enfermedad de Parkinson.
También como diurético, sedativo, analgésico leve y antídoto contra la intoxicación por hongos que contengan alcaloides muscarínicos como el 'Amanita Muscaria'.
En la terapéutica herbolaria 'esta planta narcótica que tan buen servicio proporciona a la medicina y en general a la humanidad doliente', se aplica en caso de neuralgias, tos nerviosa, asma, convulsiones, epilepsia, constricciones espasmódicas y algunas enfermedades de los ojos.
Efectos del uso terapéutico
Las propiedades de la belladona pueden producir, en dosis leves, la reducción de la salivación y la sudoración.Pero con dosis mayores aumenta el pulso y el ritmo respiratorio, la acción de los músculos involuntarios decrece, la frecuencia cardiaca se acelera, la dilatación de las pupilas es muy marcada y se inhibe la acomodación ocular, es decir, el cristalino se fija para la visión lejana y los objetos cercanos se ven borrosos.
(Imagen/ Flickr: anne arnould)
Cuando se aplica en dosis aún mayores, se inhibe la micción y se presentan alucinaciones visuales y auditivas.
Su uso prolongado puede causar estreñimiento crónico. Y aunque no se han confirmado sus daños genéticos en humanos, algunos estudios con animales arrojan anormalidades fetales.
La belladona no provoca tolerancia ni adicción física o psicológica. Su retiro no supone la aparición de síndrome abstinencia alguno.
(Imagen/ Flickr: gailhampshire)
Uso prudente
Los expertos, a pesar de que la belladona no provoca ninguna adicción ni física ni psicológica, recomiendan mucha prudencia en su uso. La intoxicación puede producir la pérdida completa de la voz, aunada a movimientos continuos e incontrolados de los dedos y las manos.En caso de envenenamiento accidental se recomienda tomar lo más pronto posible alguna sustancia que provoque el vómito, como un vaso grande de vinagre caliente o agua de mostaza.
Después del vaciado estomacal, se debe administrar una dosis de magnesia, estimulante como café cargado, y en caso de ser necesario, hay que ayudar al paciente con respiración artificial.
Imágenes/ Flickr: Bognár János, Peter M Greenwood, oceandesetoiles, Marialegria., melina1965,