La naturaleza no tiene rencor
La naturaleza no nos guarda rencor, y no será por qué no tenga motivos suficientes para odiarnos después de cómo la tratamos.
La vida da muchas vueltas y por falta de tiempo y falta de ganas, en el huerto otra cosa no, pero nos sobra la mala hierba.
Aún así, sacamos pecho y nos pusimos a quitar hierbas de las berenjenas. Y entre hierbas y hierbas, conforme limpiábamos las matas de berenjena, iban apareciendo preciosas flores lilas, y abrimos ojos como platos al ver los enormes frutos que iban apareciendo.
El año pasado tuvimos sembradas algunas matas de berenjena, de unas semillas de berenjena de Almagro, que nos dieron en la huerto kdd de Octubre. Pero no conseguimos que llegaran a buen término ningún fruto.
Las matas no crecieron demasiado aunque esto creo que fue por la ubicación en el huerto.
Además les atacó la plaga del escarabajo de la patata. Con lo que entre unas cosas y otras, las matas mal crecieron y los frutos no llegaron a cuajar correctamente.
Este año sembramos una bandeja de alveolos entera, que hicimos el plantero nosotros mismos. Pero como digo, se sembraron pero la falta de tiempo y ganas llenaron de hierba las rías sembradas.
Sinceramente pensaba que las matas estarían muertas entre la mala hierba, y que lo mejor sería labrar ese trozo de tierra y borrón y cuenta nueva. Pero cuando empecé a ver qué las plantas no sólo habían sobrevivido a la selva de mala hierba, sino que encima sus flores habían cuajado y había frutos creciendo, me emocioné y empecé una batalla contra la mala hierba para que respiraran las berenjenas.
Todavía no he terminado, pero las plantas que ya he liberado de mala hierba se nota que respiran mejor y las están más verdes y vigorosas.