Pero al poco tiempo se cansó de ella, y la pobre ninfa, durante nueve días y nueve noches se sentó al lado de un río, añorando a su enamorado, observando lánguidamente como el carro de Apolo, tirado por cuatro corceles blancos, recorría el cielo desde el amanecer hasta el alba.
Finalmente, los dioses, se compadecieron de la pobre Clítia y la transformaron en una flor, a la que llamaron Heliotropo. Por esa razón, es una flor que siempre mira al sol, como símbolo del amor incansable.
¿Tenéis Heliotropos?
imagen: Wikipedia
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