Las gerberas parecen enormes margaritas con las que se pueden elaborar preciosos ramos secos, si bien, en los últimos años, ha aumentado su consideración como planta ornamental en macetas y, en consecuencia, su cultivo industrial.
(Imagen/ Flickr: Pensive glance)
La gerbera es una planta herbácea de la familia de las Astaraceas originaria del sur de África.
También se conoce como margarita de Transvaal.
La gran cantidad de variedades que se pueden encontrar actualmente en el mercado -más de cuarenta- son fruto de múltiples hibridaciones para crear nuevas especies, y disponer así de una mayor escala de tonalidades que aumenta cada año.
(Imagen/ Flickr: Vanessa Pike Russell)
Los mejores ramos
Los colores más demandados actualmente son el rojo, amarillo, blanco y naranja; y todos ellos presentan reflejos fucsia.El botón central aparece en verde y negro, siendo el primer tipo el más solicitado.
Los pétalos de las gerberas se distribuyen en coronas que pueden ser simples, dobles o semidobles.
(Imagen/ Flickr: Martin LaBar)
Cuando te decidas a componer un ramo ten en cuenta que las gerberas son muy frágiles y puedes dañarlas fácilmente al manipularlas.
Hay que tener mucho cuidado de no romper el pedúnculo al arrancarlo, tomando siempre su base como marca de corte. El mejor momento del día para hacerlo es durante las primeras horas de la mañana.
(Imagen/ Flickr: Bill Gracey)
Cultivo y cuidados
Los suelos más apropiados para su cultivo son sueltos, ligeros y profundos -para que sus gruesas raíces puedan desarrollarse sin limitaciones-, ligeramente ácidos, bien drenados y poco calcáreos.Le vendrá bien que contenga materia orgánica fermentada.
Durante la época de crecimiento de la planta se recomiendan dos o tres riegos diarios, hasta que se asiente.
(Imagen/ Flickr: Pensive glance)
El sustrato tiene que estar húmedo, pero siempre evitando el encharcamiento para que no se pudra.
Una vez que se haya agarrado bien a la tierra, los riegos han de ser menos frecuentes y menos intensos.
Es conveniente echar el agua directamente sobre ella y airearla para evitar el sobrecalentamiento por el sol.
(Imagen/ Flickr: mgaloseau)
El deshojado
Con esta práctica conseguirás aumentar la producción, tanto de hojas como de flores. El objetivo del deshojado es eliminar todas aquellas hojas envejecidas o partes de la planta que impiden una correcta iluminación y ventilación y que pueden convertirse en foco de parásitos y enfermedades.Se realiza en la primavera siguiente de la plantación, evitando que las hojas rocen con los botones florales y puedan provocar deformaciones en las flores o torceduras en los pedúnculos.
(Imagen/ Flickr: Pensive glance)
Si la planta continúa en producción durante el verano, se aconseja realizar un repaso de deshojado cada dos o tres meses que permita mejorar la lucha contra las plagas estivales.
El último se realiza a finales de verano, en septiembre.
En otoño e invierno han de retirarse los restos de hojas envejecidas y rotas.
(Imagen/ FLickr: Pensive glance)
Multiplicación
Comercialmente se emplea la reproducción por semillas, pero es complicado para un aficionado encontrar simiente en el mercado que garantice la óptima germinación y desarrollo de nuevas plantas. Si las consigues, la época de plantación es de noviembre hasta abril.(Imagen/ Flickr: Martin LaBar)
Si ya eres poseedor de una gerbera puedes multiplicarla mediante propagación vegetativa, ya sea por división de planta o por esquejes.
Te recomendamos el primer método, es el más sencillo y rápido.
En zonas más frías se puede dividir en abril, y en climas cálidos, en otoño.
(Imagen/ Flickr: plus45)
Más flores según las condiciones ambientales
El desarrollo de la gerbera, a pesar de su gran capacidad de adaptación a distintos tipos de clima y suelo, depende considerablemente de las circunstancias ambientales.Por ejemplo, la cantidad de luz que reciba influirá tanto en el brote de nuevas flores como en su color y diámetro.
Se puede colocar directamente expuesta a los rayos del sol o en semisombra.
(Imagen/ Flickr: The Pink Princess)
La temperatura del suelo y del aire incidirán en la aparición de hojas nuevas y en su crecimiento. También puede adelantar la floración.
Prefiere los climas cálidos, nunca por debajo de los 14º C.
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