El Aeonium tabulaeforme es una de esas plantas que más llaman la atención: no por sus flores ni por su altura, sino por su roseta de hojas la cual parece estar aplastada como si de un plato se tratara.
Es tan bonita y tan curiosa, que es fácil que atraiga todas las miradas. Pero, ¿cómo es y qué cuidados necesita?
¿Cómo es?
El Aeonium tabulaeforme es el nombre científico de una planta originaria de las Islas Canarias que fue descrita por David Allardyce Webb & Gottfried Dietrich Wilhelm Berthold y publicado en Histoire Naturelle des Iles Canaries en el año 1840. Popularmente se la conoce como góngano, pastel de risco y yerba puntera.
Se trata de una planta que forma una roseta de 100 a 200 hojas que son glabras y bordeadas de cilios blancos y blandos. Por lo general, no forma ningún tallo, pero en cultivo puede llegar a tener uno de hasta 25cm de longitud. Las flores, que brotan en verano (julio-agosto en el hemisferio norte), aparecen agrupadas en una inflorescencia de color verde-amarillento que mide más de 30cm de altura.
¿Qué cuidados necesita?
Esta es una planta que para poder disfrutar al máximo es necesario cultivarla en macetas o en suelos que tengan muy buen drenaje, ya que no resiste el encharcamiento. Las tierras de tipo arenoso, como la arena de río, la akadama, o el pómice son las ideales, pero si no podemos conseguir ninguna de ellas, podremos mezclar el sustrato de cultivo universal o la tierra de jardín con perlita a partes iguales.
En cuanto al riego, hay que regar muy poco: no más de una vez por semana en verano y cada 10-15 días el resto del año. Asimismo, será muy importante abonar al Aeonium tabulaeforme en primavera y verano con un abono para cactus y otras suculentas siguiendo las indicaciones especificadas en el envase del producto.
Por último, tenemos que saber que se puede cultivar en el exterior todo el año si no se producen heladas o estas son muy suaves (hasta -1ºC).