El naranja es un color cálido y vistoso resultado de la mezcla de dos colores primarios: el amarillo y el rojo. Ricos e intensos, los tonos anaranjados son difíciles de combinar con otros colores y normalmente no se obtiene un buen resultado.
Este color cálido y vistoso es ideal para finales de verano y otoño.
Combínelo con hojas de tonos cobrizos y con floraciones cálidas en tonos violeta, amarillo o rojo. Puede atenuar la vivacidad de un anaranjado si lo combina con plantas que tengan hojas o flores de color crema o bronce. Las tonalidades pastel de este color aportan más dulzura y son más penetrantes, aunque conservan un aspecto cálido y vistoso.
El naranja crema o el bronce reavivan los lugares un poco oscuros de forma más eficaz que los tonos blancos. Difíciles de combinar, estas tonalidades se mezclan muy bien con los amarillos suaves, los rosas amarillentos o las hojas doradas.
Este texto es un fragmento del libro Jardinería de Exterior, de Larousse Editorial. Si te interesa este contenido, tienes más información detallada aquí: Larousse.es.
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