En cuanto a los colores en el jardín, el rojo es el color más llamativo entre varias plantas. Directo y provocador, este color es dominante y atrae todas las miradas.
Existen dos grandes grupos de rojo: el de los escarlata y bermellón, con matices cálidos, contiene una parte de amarillo; mientras que el carmín, con matices más fríos y tintes azules, tiende hacia el violeta. En un jardín compuesto por flores rojas, es recomendable combinar solo tonos carmín o bermellón, ya que utilizar ambos tonos no quedan muy bien. Complete el decorado con hojas grises, bronce o rojo opaco; combinando los dos últimos con verde básico logrará un ambiente claro y dulce.
Las tonalidades ciruela, burdeos y granate tienen un aspecto más apagado que el rojo intenso. Quedan bien con flores de color rosa, hojas plateadas o verde intenso y se integran fácilmente en composiciones multicolores. Intente combinarlos con hojas verdes, amarillas o grises, es fantástico. Piense en jugar con las texturas de las hojas, aterciopeladas, brillantes o mate para dar un toque refinado.
Este texto es un fragmento del libro Jardinería de Exterior, de Larousse Editorial. Si te interesa este contenido, tienes más información detallada aquí: Larousse.es.
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Imágenes / Flickr: Tanaka Juuyoh, Horia Varlan , ambabheg, Ray Bouknihgt.