Las plagas que pueblan los jardines y destrozan las flores y plantas, tienen un doble perjuicio sobre ellos: en primer lugar, los efectos propios de la especie que invade el espacio verde, y, en segundo lugar, los efectos que los insecticidas o plaguicidas varios causen en él. En muchas ocasiones, es peor el remedio que la enfermedad; por ello, la naturaleza ha premiado al jardinero con algunas plantas, hierbas y especies que son capaces de ahuyentar la expansión del enemigo destructor.
Si tenemos suerte, podremos paliar de forma importante la presencia de determinados plagas en nuestro vergel. También es fundamental vigilar el estado de nuestro huerto, en caso de que tengamos uno, ya que es un foco importante de plagas. Por fortuna, además de ciertas especies de plantas, también hay otros insectos que pueden ayudarnos a mantener a raya a nuestros enemigos verdes
Plantas aromáticas
Las plantas aromáticas son las que resultan más efectivas para evitar las plagas. Son de gran ayuda, en especial, contra hongos, arañas y pulgones. Para proteger un jardín de las incómodas e inconvenientes plagas, resulta muy efectivo realizar una circunferencia que lo rodee y sembrar, siguiendo esta circunferencia, algunas aromáticas como salvia, ruda, romero o lavanda. Es posible adquirirlas ya crecidas en un vivero, pero será más efectiva una planta recién sembrada.
Si fuera necesario, y para conseguir el mismo objetivo, convendría plantar entre el cultivo habitual, menta, estragón, tomillo o albahaca. Y es que no sólo son prácticas, sino que resultarán unas plantas muy decorativas y aromáticas. Además de ahuyentar las plagas e insectos indeseables, cada una de las plantas posee unas cualidades específicas que potencian las características de las plantaciones de alrededor. Este es el caso de la albahaca, que estimula el crecimiento y el sabor de los tomates.
También en el huerto
Además del jardín, nuestro huerto también puede verse afectado por el ataque inesperado de una plaga. Los pulgones no anidarán en un rosal o en unas frambuesas protegidas por la planta del ajo, y, en cuanto a las moscas de las zanahorias, existen varios remedios: el romero y la salvia o el ajenjo. El taco de reina, plantado junto con rábanos, coles y zapallos debajo de árboles frutales, resultará un excelente repelente de los dañinos pulgones y las chinches.
Contra las hormigas, nada mejor que las plantas de sésamo situadas en los extremos de las hileras de las huertas. Los berros protegerán y favorecerán sobremanera el desarrollo de los naranjos recién plantados, mientras que el piretro mantendrá a salvo tu huerto de la mariposa blanca o el pulgón. Otro remedio sencillo es utilizar los restos de algún fuego (ceniza principalmente) y esparcirlos alrededor de todo el sembrado. De este modo, será más difícil que los caracoles se acerquen a tus plantas.
Otros remedios naturales
Si con estos consejos no eres capaz de ahuyentar a los insectos de tu jardín, puedes poner en práctica el dicho que dice: "si no puedes con tu enemigo, únete a él." Aunque resulte extraño, podemos utilizar otros insectos no dañinos con nuestras plantas para acabar con algunas plagas. Por ejemplo, uno de los mayores adversarios del pulgón son las mariquitas. Si logramos aglutinar unas cuantas y las esparcimos por las zonas afectadas, tanto éstas como sus larvas se darán un buen festín con los pulgones allí presentes. Otra especie muy efectiva contra este devorador de plantas es la mantis religiosa.Si lo que buscamos es una solución algo más casera, podemos adquirir en un vivero unos paneles pegajosos que atrapan cualquier insecto que se adhiere a ellos. Conviene situarlos en una zona donde corra el aire y sea paso habitual de nuestros enemigos en miniatura. Regar con agua mezclada con colillas de tabaco también es un buen remedio para acabar con algunas plagas, especialmente con la de la cochinilla. Con todos estos trucos, recurrir a productos químicos puede ser nuestra última opción a la hora de mantener sano nuestro jardín.