Cada uno de ellos contiene nutrientes propios que nos ayudarán a alimentar las plantas según sus necesidades.
Aprende como prepararlos y utilizarlos.
1. Compost
Quizás el más conocido de todos, se compone de materia orgánica descompuesta por acción de microorganismos como las bacterias y los hongos, podemos elaborarlo con residuos orgánicos como restos vegetales de cocina, restos de poda, y cualquier otro resto vegetal.
Para prepararlo necesitamos una compostera, es decir un recipiente donde ir depositando los residuos, debe estar situada directamente en la tierra y es mejor ubicarla en la sombra, ya que debe tener un cierto grado de humedad sino tendremos que regar ligeramente de vez en cuando.
Podemos comprar una compostera en los centros de jardinería o fabricarla nosotros mismos con palets o bidones.
En la compostera podemos depositar cualquier resto vegetal, cenizas de madera no tratada, cáscaras de huevo machacadas, serrín y posos de café.
No debemos depositar; restos de carne y pescado, excrementos de animales ni cualquier resto que no sea orgánico como plásticos, metales, etc.
El compost es útil para fertilizar todo tipo de cultivos, plantas, y flores ornamentales.
2. Humus de lombriz
Las lombrices fueron definidas por los antiguos griegos como “Los intestinos de la tierra”, airean el suelo, y sus residuos constituyen uno de los mejores abonos que se conocen, además, no dañan las plantas, ya que solo se alimentan de residuos orgánicos en descomposición.
El humus de lombriz (producto de la digestión de estos animales) mejora la permeabilidad del suelo, aporta nutrientes y ayuda al desarrollo de las raíces por lo que es ideal para utilizar en semilleros.
También podemos utilizar el lixiviado de humus de lombriz (residuos líquidos) aplicándolo a nivel foliar o en el riego, ya que además de aportar nutrientes ayuda a proteger a los cultivos de las plagas.
Fabricar nuestro propio humus de lombriz es fácil, solo necesitamos una vermicompostera y unas cuantas lombrices preferiblemente de la denominada lombriz roja californiana, ya que esta especie en concreto es muy voraz y se reproduce rápidamente.
Podemos comprar la vermicompostera o fabricarla nosotros mismos, las lombrices podemos comprarlas o pedirle unas cuantas a alguna persona que ya tenga una vermicompostera en marcha.
Cómo hacer una vermicompostera:
Cómo hacer humus de lombriz:
Cómo separar el humus de lombriz:
3. Gallinaza
Si tienes gallinas puedes aprovechar sus defecaciones para elaborar otro excelente abono orgánico como es la gallinaza o estiércol de gallina.
La gallinaza contiene como principal fertilizante el nitrógeno además de otros nutrientes.
Antes de utilizarlo debe secarse preferiblemente en una cama vegetal como paja o resto de siega de césped para estabilizar el amonio, en caso contrario puede dañar las plantas.
Todas las plantas necesitan nitrógeno para su desarrollo aunque algunas leguminosas como las habas, los guisantes y las judías tienen la capacidad de captarlo del aire.
También podemos utilizarlo en forma de purín de gallinaza, os dejo un vídeo de cómo elaborarlo.
4. Purín de ortigas
El purín de ortigas, además de ser un excelente bactericida y fungicida aporta al suelo sales minerales y ácidos orgánicos, también puede utilizarse a nivel foliar rociando las hojas con un pulverizador.
5. Cenizas
Si tenemos estufa de leña, chimenea o barbacoa podemos utilizar las cenizas que generan como abono orgánico.
Las cenizas aportan sobre todo potasio, además debido a su alcalinidad es muy útil para corregir la acidez del suelo.
Todas las plantas necesitan potasio para su desarrollo, especialmente las raíces como las zanahorias, rábanos o cebollas, este nutriente influye en el tamaño, color y calidad de los frutos.
6. Té de plátano
Otro excelente abono para aportar potasio a las plantas es el té de plátano, no tires las cáscaras de plátano y aprovéchalas para aportar este importante nutriente para tus plantas.
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