Hay una errónea idea extendida de que comprándolo natural se perjudica al medio ambiente, pues se talan y provoca que la superficie boscosa del planeta vaya disminuyendo. Bien, pues esto es falso. Los abetos de navidad se venden en víveros en los que crecen durante seis o siete años para luego ponerse a la venta. Esta industria del arbol de Navidad es absolutamente positiva para el planeta pues los abetos capturan el CO2 durante su etapa de crecimiento en los viveros reduciendo su presencia en la atmósfera. Así que cuantos más gente los compre más abetos habrá en estos criaderos.
Y cuando acabe la Navidad siempre podéis dejar el árbol en la terraza o en un patio. Los árboles artificiales están hechos de plástico, que sí contamina el ecosistema... Pues eso
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