El Aloe vera es una de las suculentas no cactáceas o plantas crasas que mejor se conocen en todo el mundo. Es de muy fácil cultivo y se multiplica con mucha facilidad. Y eso por no hablar de que nos ayuda a tener una mejor salud.
Si has adquirido un ejemplar o te han regalado uno, no debes de preocuparte por nada, pues es una planta apta para principiantes.
Aloe vera es el nombre científico de una planta suculenta de la familia botánica Xanthorrhoeaceae subfamilia Asphodeloideae conocida como sábila, áloe de Barbados, áloe de Curazao o, también, aloe vera. La especie fue descrita por Carlos Linneo en 1753 y luego por Nicolaas Laurens Burman, y se publicó en el 1768 en el libro ‘Flora Indica: cui accedit series zoophytorum indicorum, nec non Prodromus Florae Capensis’.
Se trata de un arbusto perennifolio, normalmente acaule (sin tallo principal) originario de Arabia que alcanza una altura de unos 50 centímetros. Las hojas crecen en forma de rosetas y son carnosas, con los márgenes dentados, de color verde. En su interior contienen un gel muy utilizado en la medicina natural.
Las flores son amarillas y se agrupan en inflorescencias de hasta 100cm de alto. Aparecen durante la primavera. Una vez son polinizadas, comienza a madurar el fruto, que será una cápsula de 20-25 por 6-8mm, en cuyo interior encontraremos semillas aladas que medirán alrededor de un centímetro.
En cuanto a su cultivo, podemos decir sin equivocarnos que es una de las crasas más fáciles de cuidar, puesto que puede estar en el exterior protegida del sol directo como en una habitación luminosa lejos de corrientes de aire. Igualmente, puede estar tanto en maceta como en el jardín, siempre y cuando la tierra tenga buen drenaje y no se produzcan heladas fuertes. Tenemos que saber que soporta hasta los -4ºC y la sequía, de modo que sólo regaremos cuando esté la tierra seca.
Por último, y al tratarse de una planta medicinal, no podía dar por terminado el artículo sin antes mencionarte sus propiedades medicinales. Sus múltiples beneficios son los siguientes: alivia el estreñimiento, refuerza el sistema inmune, ayuda a cicatrizar mejor las heridas, hidrata la piel, actúa como antiinflamatorio, es un potente analgésico y, por si fuera poco, disminuye la acidez.
Para poder aprovecharte de ella, tienes que cortar las hojas por la base, colocarlas tumbadas sobre una mesa y con un cuchillo cortarlas horizontalmente por la mitad, de un extremo a otro. El sabor es bastante amargo, por lo que se suele mezclar con zumos naturales. En supermercados, tiendas y herboristerías encontrarás a la venta jarabes, comprimidos, protector labial, cremas, champús, geles, y zumos de Aloe vera.