Los ácaros que pertenecen a esta familia tienen la capacidad de tejer telarañas pero no son arañas reales.
A simple vista puedes ver que son unos puntos rojizos muy pequeños en hojas y tallos.
Como otras plagas que ya conocemos en este blog, la araña roja se agrupa en forma de colonias y se ubican en el envés de las hojas.
Una forma de identificarlas a parte de su color llamativo es los pequeños hilos que tejen para protegerse.
Daños que ocasiona
Como el famoso pulgón la araña roja se alimenta de la preciada savia de las plantas, provocan daños y si las condiciones son favorables se reproducirá en cantidad llegando a ser letal para las plantas ya que una colonia en pocos días la puede colonizar completamente.
En la planta podemos ver manchas claras y alguna desecación, si la plaga continúa las hojas se vuelven amarillas salvo los nervios.
Si son pocas las lesiones son pequeñas e inapreciables, pero cuando forman una colonia la reducción de procesos fotosintéticos en la planta reduce su producción de nutrientes de forma importante y como ya comentamos puede matar fácilmente la planta hospedadora.
Su reproducción
Con poca humedad y altas temperaturas se reúnen las condiciones climáticas que favorecen su reproducción masiva, con esas condiciones pueden completar su desarrollo larvario en siete días, se reproduce por huevos y su ciclo vital pasa por tres estados hasta llegar a su forma de adulto.
Cómo eliminarla
Limpieza, Este es el primer paso para acabar o atenuar plagas de araña roja. Mantén limpia y desinfectada la zona del cultivo. También podemos pulverizar agua frecuentemente sobre las plantas, esto dificultará sus movimientos y reducirá los daños. Puedes pulverizar mezclas como aceite de neem, pelitre y jabón potásico.
Otra forma de controlarla es de forma biológica, podemos usar ácaros depredadores de la araña roja como el Phytoseiulus persimilis o Amblyseius californicus.
También podéis utilizar acaricidas químicos pero no lo recomiendo debido a que es un efecto a corto plazo, las arañas rojas supervivientes pueden crear resistencia a estos productos y los insecticidas químicos pueden ser tóxicos para el ser humano y el medio ambiente.
Fuente: este post proviene de La Huerta de Ivan, donde puedes consultar el contenido original.
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