Podemos aprovechar esas pendientes para hacer un camino de rocas es decir, un conjunto de plantas y rocas, que permite ofrecer una visión original, innovadora y elegante de tu jardín.
Sin duda, los mejores suelos para instalar camino de rocas son los montañosos, ya que se pueden aprovechar las diferencias de altitud.
(Imagen: Wikimedia)
Los lugares más adecuados para las rocallas son aquellos que están en pendiente y orientados al oeste o al sur.
La zona tendrá que recibir abundante sol y estar resguardada del viento.
Además, el terreno deberá estar bien drenado, no será demasiado seco y no tendrá a su alrededor árboles grandes o setos, ya que les quitan los rayos de sol y les suministran una humedad excesiva.
Un jardín regular de líneas clásicas no es el más adecuado para alojar una rocalla. Sin embargo, si es nuestro deseo construirla, podemos hacerlo a pesar de que el terreno sea completamente liso.
(Imagen: Geograph)
Para ello, tendremos que realizar desniveles 'artificialmente', esto es, recurrir a pequeños montículos irregulares que elaboraremos con tierra del mismo suelo, creando pequeños valles, o bien, haciendo un talud adosado a un muro.
Cuando modelemos las 'montañitas', antes de nada, el suelo tendrá que estar bien drenado, para evitar que las raíces de las plantas se pudran, además de acabar con las malas hierbas que dificultan el crecimiento de las plantas elegidas para decorar la rocalla.
(Imagen/ Flickr: wallygrom)
Construcción del conjunto de rocas
A la hora de confeccionarlo, tendremos que procurar que en los espacios donde vayamos a plantar las distintas especies haya una penetración de agua suficiente para su subsistencia.También debemos evitar que la tierra quede desligada, ya que al regarla, se puede producir el descarnamiento y enterramiento de las plantas según su posición.
Para que no suceda, pondremos una roca sobre otra, ligeramente separada, intentando que la tierra que queda entre las piedras sea lo más horizontal posible.
Las rocas que elegiremos tendrán que ser de la zona preferiblemente. Normalmente se utilizan variedades calcáreas, siendo las calizas las más utilizadas, sobre todo en tonos blancos y grises.
(Imagen: Geograph)
Los granitos quedan muy vistosos y, además, se suelen cubrir de musgo, lo que le da al jardín un toque natural inigualable.
Mejor no recurrir a piedras de yeso, que se erosionan fácilmente y llaman la atención por sus fuertes tonos blancos.
A continuación prepararemos la tierra. Se roturará bien, dejándola desfondada, y mezclando con arena si estuviera muy compacta. Los suelos arcillosos tienen que ser drenados, para lo cual se cavarán zanjas de menos de medio metro que llenaremos luego con piedras y tierra.
Cuando tengamos lista la tierra, pondremos las rocas como más nos guste. La tierra suele ceder con el peso de las piedras, así que las hendiduras que se vayan produciendo, casi siempre a raíz del riego, tendremos que rellenarlas con más tierra. Finalmente pondremos mantillo y lo rastrillaremos.
(Imagen/ Flickr: biker_jun)
Las plantas de una rocalla
Las plantas vivaces, las flores de bulbo, ciertas coníferas de pequeño tamaño, arbustos y las bisanuales son plantas perfectas para cubrir el conjunto.Se suelen plantar en primavera o en otoño y se colocan entre los bancales y huecos que se forman entre las rocas.
Si escogemos plantas con floraciones diversas a lo largo del año, conseguiremos que la rocalla siempre tenga algún tipo de flor.
Buscaremos la armonía de colores y formas, por lo que alternaremos los arbustos y coníferas con las flores.
Anémonas, tulipanes, jacintos y fritilarias son algunas de las opciones más viables en el caso de los bulbos.
La floración roja de la lantana suele producir efectos espectaculares, sobre todo en pendientes.
Las colgantes y las plantas vivaces (claveles, vincas, primaveras, brezos blancos, violetas) constituyen una combinación excelente que se puede coronar con plantas perennes pequeñas.
Las rocallas grandes se cubrirán mejor con coníferas enanas y arbustos (verónicas, azaleas, arces japoneses, cotoneáster, árbol del amor, bojs, camelias, acebos, hortensias o retamas).
Otras opciones para decorar la rocalla son el agerato, la prímula, la genciana alpina o la campánula.