Suena un poco extraño decir que un cactus está sufriendo por falta de agua, ¿verdad? Parte de la responsabilidad de que eso sea así la tienen los grandes centros de jardinería así como las creencias populares, quienes nos han dicho una y otra vez que estas plantas resisten muy bien la sequía.
La realidad es muy distinta: si una planta no recibe agua regularmente, se muere. De hecho, es muy importante sabes cuáles son los síntomas de la falta de agua en los cactus para evitar perderlos.
¿Cuáles son los síntomas?
Cuando una planta con hojas está pasando sed lo notamos enseguida: las puntas se vuelven marrones rápidamente, el aspecto se entristece, se detiene el crecimiento… Pero, ¿y en los cactus? ¿Cómo saber si mi cactus está sufriendo por falta de agua?
Para eso, tenemos que hablar un poco de ”anatomía cactusera” y de cómo se las ingenian ellos para sobrevivir. Estos seres vegetales no tienen hojas, pero si nos fijamos, casi todos tienen sus cuerpos verdes. Esa pigmentación es debida a la clorofila, una sustancia gracias a la cual pueden hacer la fotosíntesis y crecer.
Pero además, ese cuerpo o tallo es carnoso: en su interior hay gran cantidad de líquido… de agua. En épocas de sequía, van sobreviviendo gracias a estas reservas de agua. El problema es que si pasa mucho tiempo sin llover (o sin regarse) estas reservas se agotarán.
De ocurrir, veremos que los cactus se vuelven casi ”esqueléticos”, muy arrugados, como si alguien o algo les hubiese ”absorbido” toda el agua que tenían en su interior.
¿Cómo recuperarlos?
Para recuperar a los cactus secos hay que tomar medidas drásticas: coger las macetas y meterlas en un barreño con agua durante media hora. Esto servirá para rehidratar el sustrato, lo cual ayudará a las plantas a recuperarse. Pero esto no es todo lo que hay que hacer.
Si no queremos que se vuelva a repetir hay que controlar los riegos, o dicho de otro modo: ir regándolos cada vez que lo necesiten. Hay que acabar con el mito de que estas plantas resisten la sequía, pues no es verdad. Un saguaro de 7 metros tendrá miles de litros de agua en su interior, pero esa agua la tiene que haber absorbido de algún sitio, sino no podría vivir.
Durante el verano habrá que regar seguido: 2-3 veces por semana, mientras que el resto del año bastará con regar cada 7 o 10 días (o cada 20, dependiendo de la especie y de sus necesidades). Así evitaremos causarles problemas.
Para ir acabando, me gustaría que te quedaras con esto: cuanto más grande sea el cactus, más agua tendrá en su interior y mejor podrá resistir la falta de lluvias; cuanto más pequeño sea, más probabilidades de morir seco tiene si no se riega.