(Imagen/ Flickr: CGP Grey)
Los cactus o cactos son plantas suculentas de gran popularidad gracias a su resistencia a la escasez de agua y su característica apariencia.
Si bien no son plantas que requieren grandes atenciones existen una serie de cuidados esenciales para el correcto desarrollo de los cactus.
En el post de hoy nos centramos en los cactus que es de nuestro interés en el riego y abonado:
Riego:
Resistentes a la sequía, sí, pero ésto no quiere decir que puedan vivir sin agua. Las cactus como todas las plantas necesitan de este líquido para sobrevivir.
Entonces, ¿cuál es la característica que las hace especiales en este sentido? Su capacidad para conservarla y evitar su evaporación, además, consiguen ralentizar las funciones vitales de tal forma que la necesidad de agua disminuye considerablemente.
(Imagen/ Flickr: Randy Son Of Robert)
De esta manera, deberemos regar nuestros cactus pero sólo cuando sea necesario. Generalmente cuando la tierra esté totalmente seca, para comprobar que esto sea así podemos introducir un palillo y si éste sale seco será que la planta necesita ser regada.
Aplicaremos agua moderadamente, evitando encharcamientos que podrán dañar al cactus y fomentar la aparición de hongos. Resulta aconsejable contar con un buen drenaje que eluda la acumulación de agua y, en consecuencia, la muerte de la planta.
El riego dependerá de una serie de circunstancias tales como la época del año o dónde los plantemos: exterior o interior, maceta o suelo, el material de la maceta... No obstante, existen una serie de recomendaciones generales a todas las plantas de la familia de las Cactaceae.
En invierno, si se encuentra en exterior, el riego será prácticamente innecesario. En verano recomendamos realizar esta tarea cada 10 días, aumentando el número según estemos en primavera u otoño.
Si el cactus se coloca en interior, y más cerca de calefactores, se regará con mayor frecuencia independientemente de la estación en la que nos encontremos.
(Imagen/ Flickr: quinn.anya)
Abono:
El aporte de nutrientes necesarios también es de suma importancia sobre todo si el cactus se planta en una maceta.
Abonaremos mesuradamente en la etapa activa de la planta, durante la primavera, verano y principios de otoño, una vez al mes. El exceso de abono, más específicamente nitrogenado, debilitará al cactus desprotegiéndolo ante enfermedades e inclemencias climáticas.
Aconsejamos emplear fertilizantes específicos diluidos cuando aparezcan los primeros brotes o flores, por otro lado, si se realiza los primeros días de otoño conseguiremos una floración mucho más espectacular la primavera siguiente.
(Imagen/ Flickr: quinn.anya)
- Aprende a cultivar cactus con este reportaje.