Sin embargo, el cultivo de esta planta y otras muchas hortalizas trae consigo el riesgo de la aparición de numerosas plagas, entre ellas, la polilla del tomate. Descubre qué es y cómo puedes combatirla.
La tuta absoluta
Aunque la llaman la polilla del tomate, otro de los nombres con los que es comúnmente conocida es precisamente con su nombre científico, tuta absoluta. Se trata de una larva que perfora las hojas y los frutos de la tomatera causando graves daños en la cosecha.
A pesar de que este insecto es nativo de Sudamérica, podemos encontrarla en el Mediterráneo y en Europa Occidental desde principios de siglo. Como hemos dicho, ataca a la tomatera, pero generalmente también a otras plantas de la familia de las solanáceas. A la hora de identificar su presencia, podemos encontrar minas o galerías en las hojas y los frutos.
Además, la larva suele dejar la huella de su paso mediante sus excrementos. Los frutos que quedan afectados no son aptos para su consumo ni tampoco para su venta, por lo que las pérdidas que causan de cada planta afectada son totales.
Cómo prevenir la invasión de la polilla del tomate
Esta especie de oruga no tiene un tratamiento ni mucho menos sencillo, por lo que si aún no ha aparecido en tu vida, lo mejor es que trates de prevenir su aparición.
Para ello, debemos cuidar correctamente nuestra planta y tratar de evitar encharcamientos o sequía, mantener a raya las malas hierbas que puedan aparecer para evitar que se refugien y recoger los frutos cuando están maduros antes de que se pudran.
Además de esto, en caso de que las veamos por la planta, debemos evitar que la polilla llegue muy lejos para que no deje sus huevos en diferentes zonas de la planta.
En caso de que las larvas eclosionen, recuerda que son las que hacen el destrozo, por lo que si vemos huevos también debemos retirarlos.
Cómo eliminar las plagas de polilla del tomate
Como ya imaginas, a pesar de que su tratamiento es muy difícil, controlar las plagas de la polilla del tomate es posible.
Para ello, te proponemos varios tratamientos según la fase de crecimiento en la que se encuentre el insecto.
De este modo, para las orugas utilizaremos un tratamiento y para las polillas, otro diferente. Estos son nuestros consejos:
En caso de que tengas orugas, el mejor tratamiento disponible en el mercado son los bacillus thuringiensis. Se trata de una especie de granulado que se disuelve en agua previamente a la aplicación y que provoca que la oruga deje de alimentarse, por lo que finalmente muere. Utilizaremos 1 gramo por cada litro de agua si buscamos prevenir, y 2 gramos si queremos eliminar la que ya hay.
Por otra parte, la polilla se controla mejor con el aceite de neem. Puedes aplicarlo por toda la planta para evitar que deposite sus huevos y nazcan de ellos nuevas orugas. Como tratamiento preventivo, la medida ideal son unos 1,5 ml por cada litro de agua, aplicándolo sobre la planta cada dos semanas, o cada semana si ya está la plaga instaurada en nuestra tomatera.
Por último, puedes realizar algunas acciones que harán más fácil la eliminación de esta plaga. Empieza por eliminar hojas, tallos y frutos afectados para prohibir su propagación. Por otra parte, toda la maleza o restos que quitemos, no deben ir a parar al compost, sino que lo ideal sería quemarlos o tirarlos a la basura cuanto antes para que deje de reproducirse cerca de nuestro huerto o plantas.