Le gustan las altas temperaturas, el calor y buen riego.
De tallos delgados y hojas grandes; se pueden dejar rastreros pero es recomendable entutorarlos para que los frutos no arrastren por el suelo y se estropeen, y las hojas se aireen y no guarden humedad propiciando enfermedades.
Flores pequeñas amarillas y frutos carnosos, alargados o cilíndricos, dependiendo de la variedad.
Las semillas son planas y se encuentran en el centro del fruto.
Cuanto más grandes son los frutos más grandes son las semillas, por lo que se recomienda no dejar que se hagan demasiado grandes antes de cosechar.
Es fácil que les ataque la plaga del hongo Oidio, reconocibles por ser manchas blancas de tacto aterciopelado. Tras copiosas lluvias, se suele pulverizar cobre mojable para evitar la aparición de enfermedades/hongos.
Se consumo en crudo, normalmente en ensalada, aunque hay a gente que le gusta su sabor solo a cualquier hora del día.