1. Peral
Para tener un peral en casa debes hacerte con un mínimo de 3 docenas de semillas, porque no todas germinarán. Ten cuidado cuando partas las peras con el cuchillo. Las semillas que se dañen en el proceso tampoco crecerán. El siguiente paso es estratificar las semillas: envuélvelas en papel húmedo, en montoncitos de 2 o 3 semillas, y mételas en una bolsa de plástico cerrada. Debes dejarlas en una zona oscura y cálida o una incubadora, de uno a tres meses. Pasado este tiempo, coloca las semillas en un vaso con agua. A los dos días, tus futuras peras estarán listas para conocer la tierra.
Debes regar el peral una vez por semana, preferiblemente por la mañana o por la tarde, evitando las horas de sol más fuertes. Ten paciencia porque llevará un mínimo de tres años que tu árbol comience a dar frutos. Pero una vez que lo haga será muy gratificante. Podrás coger las peras de tu árbol cuando comiencen a cambiar de color pero todavía estén duras. Terminarán de madurar una vez cogidas.
2. Manzano
A la hora de plantar un manzano debes saber que es un árbol que no se autopoliniza. Tendrás que utilizar parejas de semillas de 2 tipos de manzana para que dé frutos. Coloca las semillas en una bolsa de plástico con cierre, envueltas en un papel húmedo. Luego guarda la bolsa en el frigorífico de 70 a 80 días. Calcula el tiempo para que cuando haya finalizado la estratificación de las semillas sea primavera. Es la estación idónea para plantar el manzano.
Para que tu retoño de manzano empiece a brotar necesitará bastante luz solar y temperatura ambiente. Un truco es que pongas la maceta en el alféizar de la ventana o cerca de ella. Pasadas unas semanas, cuando veas que el brote de manzano es lo suficiente fuerte, podrás trasplantarlo al exterior. Mientras que el árbol sea pequeño (de 10 a 15 cm de altura) deberás regarlo cada 10 días. Cuando supere esa altura, cada vez con menos frecuencia. En verano, incluso cada 1 o 2 semanas. Cuando el árbol sea joven no lo podes en exceso porque retrasará el crecimiento de la fruta, limítate a eliminar las ramas que estén secas o muertas. Los frutos de manzana tardarán en salir de 5 a 10 años.
3. Cerezo
Al igual que los frutales anteriores, las semillas de cerezo necesitan pasar por un periodo de estratificación fría, aunque mucho más corto. Coloca las semillas en un recipiente de plástico hermético y guárdalo en la nevera durante 10 semanas. Cuando los brotes estén listos, puedes sembrarlos directamente en el suelo. Parece un proceso bastante sencillo, pero una vez plantado, el cerezo requiere de ciertas exigencias. Necesita mucha luz solar, una buena circulación del aire, un suelo fértil y arenoso y un buen drenaje. Al estar plantado en el suelo desde el principio, deberás protegerlo de los roedores y animales excavadores con una malla metálica. Sitúala alrededor del brote a una profundidad de 7-10 centímetros y no tendrás que preocuparte por estos bichitos.
Por último, deberás estar pendiente de la tierra de tu cerezo. Debe tener un suelo ligeramente húmedo, no en exceso. Los cerezos jóvenes llevan muy mal el exceso de agua y tampoco pueden vivir mucho tiempo sin ella. Podrás ver y probar tus deseadas cerezas en 7 u 8 años. Puedes plantar dos árboles a la vez, por si uno de los dos muriera al alcanzar la madurez.
4. Limonero
El limonero no es un árbol muy exigente y es bastante agradecido. Necesitarás las semillas de dos limones maduros. Lávalas para eliminar los restos de la pulpa y, a continuación, abre las semillas parcialmente ayudándote de las uñas. Después, hazte con varios vasos de plástico y realiza un agujero en la base de cada uno, para que los brotes tengan un buen drenaje. Llénalos de tierra hasta la mitad y coloca las semillas en grupos de 5 o 6. Por último, tápalas con más abono, cubriéndolas aproximadamente un dedo. Tras 15 días podrás ver los primeros brotes, aunque no todas las semillas germinarán. A los 30 días trasplanta tu limonero al exterior. Y en unos 7 años, verás nacer a los hijos de tu limonero.
5. Ciruelo
El ciruelo es un árbol que se germina distinto a todos los anteriores. En su interior tiene un gran hueso llamado endocarpio. Para plantar tu propio ciruelo necesitarás 3 ciruelas y sus respectivos endocarpios. Coge los huesos con cuidado y elimina los restos de pulpa de la fruta. Después, déjalos al sol de la ventana durante tres días para que se sequen de forma natural y no muy abrasiva.
Pasado este tiempo, con un cascanueces, abre los huesos y hazte con la semilla de la ciruela. Utiliza un vaso con agua y sumérgelas; solo las que se hundan germinarán. Deja las semillas en agua toda la noche para que se hidraten. Al día siguiente, tu futuro ciruelo estará listo para plantar. Después de todo el procedimiento, en 3 o 5 años aparecerán pequeñas ciruelas.
¿Y tú, a qué esperas para plantar tu árbol frutal?