Beneficios de estos sistemas
Este sistema brinda varias ventajas, como por ejemplo: la de poder programar por anticipado la cantidad de días por semana que se habrá de regar, y el tiempo de riego en cada ocasión. De este modo se podrá regar a cualquier hora, sin tener la necesidad de estar en casa.
Otros de los beneficios que se pueden encontrar es el ahorro de tiempo y trabajo, y en el hecho que el agua es distribuida de manera uniforme. Además este tipo de riego puede adaptarse a cualquier tipo de emisiones como aspersores, difusores, cintas de exudación, goteo, micro-aspersores y riego subterráneo.
Partes de un riego automatizado
Sistema central
Programador; se encarga de comandar la apertura y cierre de las electroválvulas, indicando cuales son los días que hay que regar y cuánto tiempo dura cada riego.
Electroválvulas; tienen la función de abrir y cerrar el paso del agua cuando el programador se lo ordena.
Cables; conectan los dos elementos anteriores, debiendo tener doble o triple protección contra la humedad. Los mismos no requieren entubado, ya que la corriente de paso es de solo 24V, por lo cual no resultan peligrosos. Estos cables pueden enterrarse junto con la tubería.
Arquetas; albergan a las electroválvulas, y por lo general son de plástico. Se pueden adquirir individuales o para varias electroválvulas.
Tuberías de polietileno o PVC; las más recomendadas son las de polietileno ya que son más cómodas, teniendo en cuenta que se enroscan rápidamente. Por otro lado, en aquellas de PVC las uniones requieren de un pegamento especial.
Sistema secundario
Reductor de presión; utilizado para el riego por goteo. Se pueden adquirir diferentes modelos, los cuales vienen para instalaciones grandes o pequeñas.
Emisores de riego; se puede llevar a cabo con aspersores, difusores, cintas de exudación, tuberías de goteo, riego subterráneo y micro-aspersores.
Recomendaciones finales
Para montar el sistema de riego automatizado lo más aconsejable es hacer un plano del jardín previamente, estableciendo donde se ubican las tuberías y cableados existentes, de modo de no romperlas cuando se caven las zanjas, con la ayuda de un experto para evitar errores. También hay que indicar la posición de las plantas existentes, para prever obstrucciones para el riego por parte de las mismas.