Tropical y de fácil cultivo, el cordiline trae a nuestros hogares el exotismo de países lejanos gracias a su apariencia de palmera.
Su versatilidad proviene de su capacidad para adaptarse tanto a exteriores como interiores. Aunque es muy frecuente verla en una maceta dentro de las casas, a modo de bonsái, tampoco es mala idea instalarla en el jardín, dando verticalidad a los parterres. Cualquiera que sea el modo que elijas para cuidarla, para que luzca sana y fuerte sólo tienes que seguir estos pequeños consejos.
El Cordyline Australis, nombre científico de este ejemplar, procede de Oceanía y Asia y pertenece a la familia de las agaváceas.
De crecimiento lento, destacan sus ornamentales hojas planas, que suelen ser verdes, aunque pueden incorporar tonalidades rosadas o púrpuras. Cuando han alcanzado un elevado estado de desarrollo y siempre en verano, ofrecen pequeñas flores blancas o de color beige. También da frutos en forma de baya blanquecina.
A la hora de cultivar, el cordiline, o también llamado árbol repollo, no requiere un terreno muy específico. Es suficiente que esté drenado, aireado y seco, aunque en los primeros años de cultivo es mejor que esté convenientemente húmedo.
Cuidados para un óptimo desarrollo
Como en la mayoría de las plantas, factores como riego, sol y temperatura son esenciales para un cordiline de larga vida. Los recursos hídricos que necesita son medios, evitando siempre encharcar la tierra, pero elevando las cantidades en verano. Notaremos la carencia de agua cuando aparezcan en las hojas manchas marrones.
La temperatura ha de ser cálida y moderada, sin cambios bruscos, entre los 20 y 25 ºC, evitando bajar de los 5 ºC, ya que no resiste bien el frío. Tampoco le viene bien mucho calor, las corrientes de aire o un ambiente excesivamente seco. Por eso, si fuera necesario, humedeceremos la estancia donde se encuentre.
Respecto a la luz, es una planta que necesita grandes dosis, pero evitando exposiciones solares muy intensas, especialmente en los meses de verano. La decoloración de las hojas no supone que éstas se estén quemando por un exceso de luz como podría parecer, sino más bien al contrario: indican una exposición insuficiente.
Para mejorar su estado de salud, nada mejor que añadir un poco de abono estándar, a ser posible líquido, diluido en el agua de riego. Respecto a las plagas, puede sufrir el ataque de arañas rojas y cochinillas, así como quedar afectadas por enfermedades fúngicas. Para evitar estos inconvenientes hemos de controlar el riego y eliminar hojas y flores mustias. Su multiplicación se realiza a través de semillas, estaca o por acodo.