El laurel tiene su origen en el área mediterránea, donde crece de manera silvestre en muchos lugares. A parte de su follaje verde oscuro, perenne y atractivo, sus hojas y flores son muy aromáticas. Son resistentes a los insectos, aunque como toda planta, a lo largo de su vida padece algunas enfermedades.
Putrefacción de la raíz
Esto suele ocurrir cuando se trasplanta a un suelo húmedo y cálido. Si el suelo no tiene el drenaje adecuado, entonces el exceso de agua priva de oxígeno a las raíces. Esto permite que los hongos se reproduzcan con facilidad entre las raíces y éstas se pudran. Poco a poco se va expandiendo al resto de la planta hasta que sus hojas se van poniendo amarillas y se van curvando. Una vez que el hongo se ha hecho con la planta ya es muy complicado salvarla. La única manera de evitar esta enfermedad es utilizando fungicidas específicos antes de que notes nada para prevenir.
Mal de munición
Es una enfermedad causada por el hongo Stigmina Carphopila, que también afecta a otras plantas. Es conocido como la viruela de la hoja o de la fruta. Como en la mayoría de las enfermedades causadas por hongos, se da en presencia de la excesiva humedad en la planta. Se caracteriza por la formación de manchas de color rojizo en los brotes, ramas y hojas. En el momento en que veas una hoja afectada, quítala rápidamente para evitar el contagio al resto de las hojas, ya que sino se propagará por toda la planta y será imposible salvarla. También puede pegarse a otras plantas que estén situadas al lado de la planta enferma.
Infección bacteriana por Pseudomonas Syringae
Esta enfermedad está provocada por una bacteria llamada Pseudomonas Syringae y que aparece una vez que se poda la planta. Aprovecha las pequeñas heridas que quedan en ella al cortar las ramas para infectar el laurel. Para evitar esto es aconsejable no podar el laurel cuando el ambiente está húmedo.
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