Todas las estirpes de los rosales que denominamos antiguos, son aquellas anteriores a 1.847, año en el que comenzaron a surgir los primeros híbridos de té. Estos híbridos son los rosales que han llegado a nuestros días y que conocemos todos.
Los estirpes de los rosales provienen de la Rosa canina originaria de los rosales antiguos, es decir, del rosal silvestre o escaramujo que estamos acostumbrados a reconocer por nuestros campos ibéricos, cuando en los otoños nos agasaja con sus frutos de color bermellón encendido.
Los estirpes de rosales antiguos no florecían tanto ni tan abundantemente como los de nuestros días y tampoco tenían los colores que tienen las rosas actuales, que pueden llegar a contar en el mismo pétalo hasta dos y tres colores.
En contraposición, tenían una cualidad en cuanto a su perfume, ya que sus rosas de colores suaves que iban desde el blanco azucarado, marfil, pasando por el rosa palo, o el elegante fucsia, desprendían una fragancia que las flores actuales no mantienen ni tan siquiera ligeramente. Así, las estirpes antiguas quedaron relegadas sólo a su utilización en perfumería.
En nuestros días, los paisajistas tratamos de recuperarlas ya que pensamos que una de las cualidades más bellas de las plantas son las que les ha otorgado la propia naturaleza y no las obtenidas por la manipulación del hombre.
Estos rosales de gran fragancia, como los que muchos habrán olido de pequeños en los patios o jardines de sus abuelas, florecen esplendorosamente en el mes de mayo.
Algunos de ellos no necesitan poda salvo cada cinco años.
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Las nueve estirpes más populares
De todos los rosales antiguos, existen nueve estirpes que destacan por ser las más conocidas, cada una con una serie de características, así nos encontramos con las conocidas Rosas de Borgoña, llamadas así porque la primera rosa de esta estirpe se encontró en la Isla de Bourbon (ahora Reunión, Francia).
(Imagen/ Honorine de Brabant: Wikimedia)
Son flores muy grandes entre las que destacan las variedades Boule de Neige, Honorine de Brabant, La Reine Victoria, entre otras.
Su perfume es muy intenso.
La estirpe Rosas x Alba se denomina así por el color: todas sus variedades fluctúan desde el blanco puro al rosa palo, pasando por el blanco porcelana, el blanco vainillado, el blanco rosado. Su perfume también es muy intenso.
(Imagen: Wikimedia)
Entre las variedades mas destacadas están Belle Amour, Cruisse de Nymphe, etc.
El nombre de las Rosas Centifolias hace referencia a la cantidad de pétalos: se llegó a pensar en la antigüedad que llegaban a cien por rosa.
Nada más lejos de la realidad, aunque ha quedado patente hasta nuestros días lo espesa en pétalos que puede llegar a ser la corola de este tipo de rosas, entre las que destacan Petite de Hollande, Rosa centifolia, Rose de Meaux, Vierge de Cléry.
(Imagen/ Petite de Hollande: Rogue Valley Roses)
Rosa Chinensis, estirpe que destaca por sus rosas pequeñitas, pero abundantes: algunas son reflorecientes durante todo el verano, de aspecto inusual en todas las estirpes antiguas, tienen un otoño espectacular y prácticamente no necesitan poda.
De olor muy intenso, nos encontramos como la más destacada por su belleza sin igual, la variedad Marie Pavic.
(Imagen/ Rosa chinesis: Wikimedia)
Ahora abordamos a la más conocida de todas las estirpes antiguas, las famosísimas Rosas de Damasco. Son las más perfumadas de todas; sus colores suaves les hacen ser también las más elegantes del jardín y para mayor ventaja tienen una floración de otoñada en el mes de septiembre.
Podemos hablar de La Ville de Bruxelles, Marie Louise, Madame Ardí, Cork and Lancaster, entre otras.
(Imagen/ Rosa x damascena: Wikimedia)
La Rosa Gallica fue traída desde Siria hace miles de años. Es un arbusto pequeño, en toda la gama de los rosas intensos, y es el rosal antiguo que mejor se reproduce ya que él solo brota de la raíz.
Es unos de los más perfumados y más extendidos en patios y jardines españoles. R.gallica Officinallis, Duc de Guiche, Belle de Crécy, Chateau de Namur.
(Imagen/ Rosa gallica: Wikimedia)
Las plantas de la estirpe H.Musk son reflorecientes y están dando rosas de mayo a septiembre. Crecen en grandes matorrales cobertores y sus flores (las menos perfumadas de todas las estirpes) son pequeñas y muy bellas, con 4, 8, 12 y 32 pétalos.
No necesitan poda salvo de limpieza y mantenimiento. Ejemplos: Lavander dreams, Robin Hood, Felicia, Cornelio, Bouquet Parfait.
Los rosales de H. Moss se caracterizan por tener hojas y ramas recubiertas de una especie de musgo vegetal.
Sus flores son de las más grandes entre los antiguos y son muy perfumadas. Destacamos Chapeau de Napoleón, Comtesse de Murinais, Mousseline.
Las Rosas Pórtland llegan a alcanzar una altura de 2 m, no necesitan poda y tienen sus hojas un color otoñal muy destacado.
Los pétalos de sus rosas son rizados y su perfume es muy parecido a las rosas de Damasco. Las más conocidas son Yolanda de Aragón y Jacques Cartier.
Por último, de los trepadores antiguos destacan los Banksia y Pimpinellifoliae. Se caracterizan por su abundancia de diminutas rositas en color crema, marfil o rosa, y su abundante vegetación que puede llegar a los 20 m, por lo que son ideales para verjas, pérgolas, cenadores.
(Imagen/ Pimpinellifoliae: Wikimedia)
Hay tanta y tan bella diversidad dentro de las estirpes de rosales antiguos, que cualquiera que escojamos resultará una opción bella para nuestro jardín. Además, el rincón donde se ubique estará perfumado con la fragancia a rosa de antaño.
Recordemos, en relación a los perfumes, que cada flor tiene una hora para embriagar con su aroma y así, al igual que las madreselvas, el galán de noche ó jazmín despliegan su aroma al atardecer y por las noches, las rosas emanan sus fragancias desde el mediodía hasta el atardecer, coincidiendo con las horas de mayor iluminación solar.
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Por Juan Luís Ruiz de Dyezma, paisajista.
juanluis@ruizdyezma.com
www.ruizdyezma.com