La salvia es un valioso aporte que trae Juancuaresma gracias a la identificación que hizo con la planta. Esta maravillosa planta tiene varios usos y beneficios para nosotros. Puede ser utilizada en la medicina en la cosmética e incluso dentro de la cocina. Se trata de la Salvia Leucantha, de la familia Lamiaceae, así como el orégano, la menta, el tomillo o el romero.
“Salvia” tiene su origen en el término latín “salvare” que significa “salvar”, un nombre adecuado para la planta que ha sido creada con propiedades antioxidantes, antisépticas y vulnerarias (que cura llagas y heridas).
Existe alrededor de 900 a 1000 especies de salvia, todas ellas con las mismas particularidades para beneficiar nuestra salud.
La planta de salvia se caracteriza por su base consistente, con muchos tallos cubiertos por hojas afelpadas de color verde y/o grisáceo que pueden ser de formas diversas como lanceoladas, elípticas o alargadas, pero todas aromáticas.
La especie que muestra la fotografía es conocida como salvia leucantha, su crecimiento llega hasta unos 70 centímetro de altura. En mi cuidad la floración tiene lugar entre los meses de diciembre a marzo, en racimos muy aromáticos de color violeta salpicado de blanco.
Se tiene información con evidencia científica, sobre el uso de la salvia en el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer, los síntomas de la menopausia y otras, sin embargo debido a su contenido en aceites esenciales como el tuyol y el alcanfor, que son tóxicos, el suministro debe ser controlado. En algunas especies como la salvia lavandulaefolia española, el contenido de tuyol es menor.
No obstante, haber mencionado solamente algunas de las muchas propiedades de la salvia, sin duda los datos obtenidos nos animan a cultivarla en nuestro jardín. Es una planta nada exigente, al contrario como hemos podido ver, es sumamente generosa.